La princesa Ira Von Fürstenberg ha muerto en Roma con 83 años. Era hija del príncipe austro-húngaro Tassilo von Fürstenberg y de Clara Agnelli, la familia fundadora del imperio FIAT, y una mujer con una vida digna de una miniserie en Netflix. Sus matrimonios, la tragedia de uno de sus hijos, sus vertientes de actriz, diseñadora e icono de la jet-set de Marbella… Una delicia para los más fisgones, virtud y defecto al mismo tiempo del que nos declaramos culpables desde estas líneas. Por eso es digna de recordarla y de bucear en algunos pasajes jugosos.
Ira, Virginia Carolina de nombre real, se casó con solo 15 años con Alfonso de Hohenlohe-Langenburg. Con él se introdujo en la noche andaluza, ya que fundaron el Marbella Club, destino habitual de estrellas de Hollywood y gente guapa en general. Se divorció en 1960, casándose un año después con el playboy Francisco Pignatari, una unión que también saltaría por los aires 3 años después. Lo que no perdió nunca es el vínculo con Málaga; vivía entre Ronda y Roma, muy centrada en un primer momento en el séptimo arte, y tiempo después en el diseño de joyas y artículos diversos, exclusivos y muy del gusto de ricos y poderosos internacionales. ¿Por ejemplo? Corinna Larsen.
Las dos princesas coincidieron en una exposición en Gstaad, en Suiza. Ira enseñaba piezas de su colección a millonarios, royals y aristócratas de todo el mundo, y la amiga especial de Juan Carlos estaba entre los asistentes. No solo eso, incluso pasó por caja: compró un frutero de Jade, en forma de trébol de 4 hojas, por 3.000€. Claro, calderilla cuando sabes que su amante rey le había regalado 65 millones. La alemana, sin embargo, era agradecida. No quería el recipiente para ella misma, no, era para su amado Juancar. Días después se lo encontró en Zarzuela, con notita de la amante. Imaginen a Sofía, con cara de manzanas pocha, nunca mejor dicho hablando del frutero. Y todo por "culpa" de Ira de Fürstenberg y su sorprendente relación con la pareja prohibida y malograda.
En todo caso, la relación de Ira con los Borbones no acaba aquí: la infanta Elena y Jaime Marichalar también eran amigos íntimos. El exmatrimonio royal asistió, hace 3 años, a la fiesta de 80.º cumpleaños que celebró en el Palacio de Liria, en Madrid, propiedad de la Casa de Alba. Había VIPS de todas las casas reales europeas, demostrando sus conexiones infinitas. Podría incluso juntar en la misma sala a dos enemigos irreconciliables, que solo mantienen en contacto por los tarambanas que tienen por hijos: Froilán y Victoria Federica. Caray con Ira. Hacía milagros. Descanse en paz.