Letizia no puede librarse de la familia de Felipe VI. Desde que el entonces príncipe de Asturias presentó a su novia a Juan Carlos I y Sofía, todos le hicieron el vacío. Era una plebeya, divorciada, con padres separados y presentadora de informativos. Una mujer que podría acabar con la corona, sin embargo no fue así, al contrario, es la única que la ha salvado de su desaparición. Por este motivo, ahora que es reina ha aprovechado para vengarse de todos ellos. Tras las polémicas del emérito, Letizia se ha desvinculado de todos los familiares del rey. Ni una ayuda a las infantas, quienes han pasado por momentos muy complicados.
El año pasado se anunciaba la separación de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. El matrimonio empezó a resquebrajarse en el momento en que el exduque de Palma entró en prisión por el caso Nóos. Ella estuvo a su lado en todo momento, sacrificó su familia por amor. Sin embargo, él empezó a verla con otros ojos. La distancia entre ellos era evidente cuando el exjugador de balonmano se quedó en Guipúzcoa con su madre, mientras que su todavía mujer se mantenía en Ginebra.
La infanta Cristina se enteró del fin de su matrimonio como el resto de ciudadanos, a través de las revistas. Se publicó unas imágenes donde Iñaki Urdangarin paseaba felizmente en compañía de una mujer de melena rubia por las playas de Biarritz. A pesar de la infidelidad, y la humillación más absoluta, el exduque se ha aprovechado de la situación e intenta sacar dinero a Casa Real por su silencio.
Iñaki Urdangarin pide 25.000 euros al mes, una indemnización de dos millones de euros y varias propiedades de la costa francesa. Quiere que se le mantenga su escolta y que se le financien los viajes relacionados con sus hijos.
Las constantes visitas de la infanta Cristina a Barcelona y Madrid
La infanta Cristina se ha quedado totalmente sola. Se desconoce que sucederá en el futuro pero por ahora se mantiene en Ginebra con su hija Irene. No obstante, sus viajes a España son constantes, ya que puede teletrabajar. En ocasiones aparece por Barcelona para ver a sus hijos o por Madrid para pasar un tiempo con uno de sus mayores apoyos, su madre.
En Barcelona se hospeda en el AC HOTEL VICTORIA SUITES en la calle Beltrán y Rózpide de Pedralbes. Pero en Madrid se queda en casa. La infanta se instala en Zarzuela, aunque sin el permiso de Letizia. Lo hace a escondidas. No pisa el pabellón del príncipe, sino que se desplaza a la casa de Sofía e Irene de Grecia, que se encuentra a escasos metros en el mismo recinto.
O Letizia no lo sabe o se hace la tonta, pero seguro que si descubriese quien entra a Zarzuela sin su permiso no le haría ninguna gracia.