Este miércoles 22 de mayo, los reyes Felipe y Letizia celebran su 20.º aniversario de casados. Tal día como hoy, hace veinte años, se decían el Sí, quiero, todavía como Príncipes de Asturias, y ahora lo han celebrado con cuatro fotos mal contadas repartidas en las agencias y el paripé habitual de qué felices somos. Milongas. Sea como sea, por tierra, mar y aire la boda del Borbón y la periodista está en todas partes. Se ha repasado punto por punto qué dio de sí aquel día, pero sin duda, una de las cuestiones más jugosas tiene que ver con la lista de bodas, los regalos que recibieron los ahora monarcas por parte de invitados, amigos y autoridades.

Letizia y Felipe boda / Casa Real

Antes (y después) de este momento en la Catedral de la Almudena de Madrid, los novios recibieron un no parar de regalos, la mayoría, objetos inclasificables, muchos pongos y algún obsequio que no hay por donde cogerlo. Un montón de invitados, famosos y representantes de diferentes instituciones públicas con los respectivos regalos. ¿Cuáles? Atención a la lista recordada por Vanitatis porque es de traca. Una escultura de bronce por parte del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su mujer Sonsoles Espinosa; un jarrón de vidrio estilo art noveau del Congreso de los Diputados; un juego de café del cuerpo diplomático y un largo etcétera. Alfombras, una edición de 'El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha' o unos patucos y una camiseta del Atlético de Madrid por parte del difunto y peculiar expresidente del club colchonero, Jesús Gil... Queda, sin embargo, el regalo más diferente que le han hecho nunca a Letizia y Felipe. ¿Por parte de quién? De Nacho Cano.

Nacho Cano GTRES

El músico, excomponente de Mecano, tiene fama de intensito, de tomarse las cosas a pecho, de ser especialote. Cano también le hizo un regalo a la parejita. Un regalo incatalogable, que algunos podrían considerar un regalo envenenado, pero que a Letizia y Felipe, por lo visto, sorprendió positivamente (o eso es lo que hicieron creer): una sinfonía exclusiva para ellos, Música para una boda, una composición del músico de unos nueve minutos de duración. Si ya se hace cuesta arriba una pieza suya de tres minutos, imaginen una tabarra de casi diez. Una pieza con violines e instrumentos de viento "para darle un aire de cuento a una melodía propia de película Disney", como decían en el diario El Mundo en su día. "Mi 'Música para una boda' es una melodía para una historia de amor muy especial", decía el autor, "echando mano de lo solemne, lo romántico y lo emotivo".

Nacho Cano y Ayuso EFE

Una melodía asonante que se va repitiendo de manera encadenada en algunos de sus compases, introduciendo variaciones, donde también había percusión y algún solo de piano. ¿Y cómo lo recibieron los reyes, antes príncipes?: emocionados y con lágrimas en los ojos:  "'A mí me ha gustado muchísimo', repetían los enormes ojos de Letizia abiertos de par en par cada vez que alguien le preguntaba por el asunto". Y Nacho Cano, "'eclipsado' por la pareja, los novios le han dicho que se han emocionado al escucharla".