Entre las revelaciones más sorprendentes sobre la figura del rey emérito Juan Carlos I, se encuentran las fotos publicadas por la revista holandesa Privé, en las que se le veía al emérito en actitud cariñosa con la vedette Bárbara Rey, lo que revivió viejos rumores sobre su relación con ella. A estas imágenes se sumaron los audios filtrados, que volvieron a cuestionar la ética de su reinado. Estos documentos confirmaban lo que durante mucho tiempo había sido un secreto a voces en España, y que Bárbara Rey no dudó en profundizar con nuevas declaraciones, ofreciendo detalles íntimos sobre su relación con el exmonarca.
Mientras tanto, revistas del corazón y programas de televisión dedicados a la vida privada de las figuras públicas han seguido desentrañando las múltiples aventuras amorosas de Juan Carlos I, más allá de su matrimonio con la reina emérita Sofía. A lo largo de los años, han aparecido numerosos nombres en esta lista, desde Bárbara Rey hasta Corinna Larsen, pasando por otras mujeres conocidas como Marta Gayá o la presentadora Anne Igartiburu. Uno de los nombres que ha cobrado relevancia es el de la famosa cantante Raffaella Carrà, con quien se dice que el emérito mantenía una relación secreta.
Raffaella Carrà sería otra de las amantes que pasó por los brazos de Juan Carlos I
Según diversas fuentes, el rey emérito se encontraba con ella su casa en Roma. Esta casa, que fue el lugar de encuentro entre el emérito y la cantante italiana, sigue siendo un misterio de la vida del exrey. Raffaella vivió en esa propiedad hasta su muerte, ocurrida el 5 de julio de 2021.
Tres años y medio después del fallecimiento de la artista, la casa sigue sin encontrar comprador. Situada en el exclusivo complejo Due Pini, en el barrio de Vigna Clara, al norte de Roma, la vivienda está a la venta por 1,9 millones de euros. Con una superficie de 384 metros cuadrados, la propiedad también cuenta con 36 metros cuadrados adicionales de espacio exterior, ofreciendo una gran luminosidad gracias a sus ventanales.
Nadie quiere la casa en la que vivió Raffaella Carrà
La vivienda incluye una entrada doble, tres balcones, una cocina amplia, nueve dormitorios, y cuatro cuartos de baño, uno de los cuales dispone de jacuzzi y sauna. Además, la casa cuenta con un garaje y acceso a zonas comunes como una piscina, una pista de tenis y servicio de conserjería 24 horas.
Sin embargo, a pesar de sus comodidades y el exclusivo entorno en el que se encuentra, la casa sigue sin encontrar comprador. Puede que sea su elevado precio o el aroma del rey emérito que ha quedado dentro y genera repulsión a posibles compradores lo que impida su venta. Lo que es un hecho es que ningún posible comprador quiere saber nada de esa lujosa vivienda.