En la Zarzuela, los preparativos para la Nochebuena están listos, pero este año la celebración estará marcada por las divisiones familiares y una logística sin precedentes: tres mesas separadas para acomodar a los distintos miembros de la familia real. Esta decisión, que refleja tensiones latentes, pone en evidencia el delicado equilibrio que se intenta mantener en la Casa Real.
La cena principal se celebrará en el Pabellón del Príncipe, donde se reunirán el rey Felipe VI, la reina Letizia, y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Sin embargo, no será una cena exclusivamente familiar, ya que, según diversas fuentes, Letizia ha invitado a su madre, Paloma Rocasolano, y a la pareja de esta, Marcus Brandler.
Estos seis comensales compartirán una velada íntima que incluirá el tradicional visionado del discurso del rey, una cena con exquisitos platos preparados por el personal de palacio, y la apertura de regalos alrededor del árbol de Navidad. No obstante, la tranquilidad de esta escena contrasta con lo que sucede en otras partes de la familia.
Dos mesas en Zarzuela y una en Ginebra
Tras cumplir con estas tradiciones, Felipe VI planea escapar discretamente para visitar y felicitar a su madre, la reina emérita Sofía, quien pasará la Nochebuena a un kilómetro de distancia. Sofía estará acompañada de su inseparable hermana, Irene de Grecia, cariñosamente apodada "tía Pecu". Ambas compartirán una velada sencilla y tranquila, lejos de la mesa principal. Este distanciamiento no es nuevo y refleja una dinámica que se ha consolidado en los últimos años, marcada por la relación fría y tensa entre Letizia y los Borbones. Después de la cena, Sofía e Irene asistirán a la Misa del Gallo en la capilla de palacio, donde coincidirán brevemente con Felipe VI.
Mientras tanto, la tercera mesa estará lejos, tanto en distancia como en espíritu, del resto de la familia. Según la periodista Pilar Eyre, el rey emérito Juan Carlos I ha optado por pasar la Nochebuena en Ginebra, acompañado de su pareja, Marta Gayá, y sus hijas, las infantas Elena y Cristina. Se comenta que ha alquilado una planta entera en el Hotel Four Roses, donde el emérito recibe un trato preferencial.
División total
Se espera que algunos de los hijos de estas últimas, junto con sus respectivas parejas, también estén presentes en esta reunión que transcurrirá fuera del radar oficial. Aunque algunos rumores apuntaban a la posibilidad de que Juan Carlos trasladara esta cena a Madrid, todo parece indicar que finalmente ha preferido mantenerla en el extranjero.
Esta peculiar organización navideña no hace más que subrayar las fracturas que atraviesan la Casa Real. Así, lo que debería ser una noche de unión y celebración se convierte en una nueva muestra de las divisiones que afectan a la monarquía española. Tres mesas, tres ambientes y tres relatos diferentes de una misma Nochebuena que, lejos de reconciliar, evidencia las grietas en la Casa Real.