El divorcio de la infanta Cristina ya está firmado y eso, aparte de ser una tradición dentro de la Familia Real, el cuarto matrimonio roto, indica que Cristina podría rehacer su vida sentimental. De momento todos los divorcios han sido sin segundas nupcias. Elena sigue sola, Sofía sigue sola a pesar vivir separada de facto, Felipe sigue solo ante su más que probable divorcio y Cristina vive entre rumores de nuevo novio. Juan Carlos planteó divorciarse para volver a casarse, una segunda boda real en España entre el jefe del Estado y Corinna. Sus tres hijos le quitaron la loca idea de la cabeza: nunca en Europa un rey reinante se ha divorciado. La paradoja es que ahora será su hijo Felipe quien se acabará divorciando de Letizia por el asunto Del Burgo. Cristina no ha rehecho su vida a pesar de los rumores de novio catalán. Pilar Eyre se ha puesto a investigar, y como era sabido: ningún periodista madrileño sabe más que Eyre, que en Lecturas deja claro que hoy por hoy Cristina no tiene novio, pero sí candidatos.
La foto, con Cristina sonriendo seductora a un maduro canoso vestido de uniforme, es de una boda reciente donde la hermana del rey asistió de invitada. Invitada de piedra, sin pareja. Ella luce nuevo estado civil, divorciada, sin ningún hombre maduro ocupando el espacio de Iñaki Urdangarin. Eyre escribe sobre tres hombres que se la han intentado ligar: "La infanta Cristina no tiene novio. Pero sí pretendientes. Hace poco asistió a la boda de un amigo y uno de los invitados le pidió el teléfono con insistencia, a lo que ella se negaba entre risas. En Madrid, en un acto del Comité Olímpico, un atractivo caballero de traje beige no la dejó ni a sol ni a sombra y en un evento de la Fundación Dalí en Figueres, el pasado verano, habló con cierta intimidad, en catalán, con un abogado de Girona, divorciado y con fama de don Juan". Tres hombres y tres calabazas. Cristina ha decidido hacer como Elena, casarse con Jesucristo.
La infanta pasea por Barcelona, Passeig Manuel Girona, sola, vestida como una beata y sin ningún novio catalán: "Ni tiene novio ni quiere, a pesar de que sus amigas de Barcelona intentan presentarle hombres solteros y deportistas para que rehaga su vida, pero ella dice que su vida está muy hecha y que no necesita nada más". Cristina vol vendre que viu pels seus fills però Eyre ho nega: "Ahora que Irene esta en Camboya, la infanta está sola en su gran piso de Ginebra, donde cada hijo tiene una habitación, aunque no la ocupan casi nunca". Se ha escrito que Miguel, al hijo de 21 años, la ha visitado desde Londres pero son visitas eventuales. Tiene los hijos esparcidos por el mundo y ella no tiene vida social en Ginebra. En Barcelona no se movía entre aristócratas: "Se movía en el ambiente de los compañeros de su marido, deportistas de vela y su familia política. Se la veía en los cines Sarriá con su cuñada Ana. O con los padres del Liceo Francés, donde iban sus hijos, o con Diego Torres y su mujer, invitados frecuentes a su casa. Nunca fueron socios del Club de Polo, ni del golf del Prat, ni frecuentaban el Círculo Ecuestre, ni el Liceo". Solo iban hasta el 2021 al Real Club Tenis Barcelona de Pedralbes y porque no pagaban ni los albornoces.
Pilar Eyre priva la ilusión a los muchos paparazzis que esperan hacerse de oro con una foto que no existirá nunca: Cristina dándose un beso con un nuevo novio: "El brutal fin de su matrimonio ha vacunado a la infanta contra todo tipo de amoríos y, como su hermana, se ha refugiado en la religión". Cristina casada con Dios. Así sabe seguro de que no le pondrá los cuernos.