Juan Urdangarin, el hijo mayor de la infanta Cristina, es conocido por su carácter reservado y su firme decisión de mantener su vida privada fuera del escrutinio público. A pesar de pertenecer a una de las familias más relevantes de España, siempre ha optado por mantenerse al margen de los focos mediáticos. Tras completar sus estudios, se trasladó a Londres, donde reside actualmente. Su vida no ha sido sencilla, marcada por desafíos personales y familiares.
Como el mayor de cuatro hermanos, Juan vivió de forma muy consciente los duros años del caso Nóos, en los que sus padres enfrentaron juicios públicos que culminaron con la entrada de su padre, Iñaki Urdangarin, en prisión. Durante ese periodo, fue testigo de los insultos que su familia recibió en público, como los gritos de "chorizo", y sufrió acoso escolar. Además, los constantes cambios de residencia, de Barcelona a Washington y posteriormente a Ginebra, le hicieron perder a sus amigos y vivir una adolescencia inestable. Ante esta situación, adoptó un rol protector hacia sus hermanos, dejando de lado su juventud para asumir responsabilidades propias de un adulto.
En el último año, mientras sus hermanos menores, Irene y Miguel, han acaparado atención mediática al comenzar nuevas relaciones, la vida de Juan sigue envuelta en un halo de misterio. A sus 25 años, no se le ha conocido pareja, ya sea hombre o mujer, lo que ha generado curiosidad en torno a su vida personal.
Juan Urdangarin quería regresar a España tras discutir con su pareja
Hace unos meses, Juan consideró la idea de regresar a España e instalarse temporalmente en Zarzuela junto a la reina Sofía, siguiendo los pasos de Miguel e Irene. Sin embargo, la infanta Cristina no aprobó esta decisión, pues no deseaba que más de sus hijos dependieran económicamente de la familia. En paralelo, Juan dejó su empleo en una empresa del sector automovilístico, sin que se hayan revelado públicamente los motivos, aunque se especula que su decisión estuvo relacionada con una ruptura sentimental.
Actualmente, el joven se encuentra evaluando su próximo paso. Por un lado, está la opción de permanecer en Londres, donde comparte piso con un joven de su edad. Según fuentes cercanas, habría mantenido una relación con este compañero, la cual terminó este verano, lo que lo llevó a plantearse un cambio de rumbo. Entre las alternativas que contempla está mudarse a Vitoria, cerca de su padre, Iñaki Urdangarin, y de Ainhoa Armentia.
Juan sabe que regresar a España implicaría enfrentarse a una mayor exposición mediática. Por otro lado, permanecer en Londres podría ofrecerle mayor privacidad, aunque también complicaría mantener una relación a distancia o incluso iniciar una nueva etapa sentimental y profesional.
Juan Urdangarin ha optado por no compartir con los reyes eméritos, Sofía y Juan Carlos, que ha tenido una pareja masculina. Esto se debe al temor de que, debido a las creencias más tradicionales de sus abuelos, pudieran rechazarlo. Por ello, ante ellos, Juan siempre ha mantenido la apariencia de estar soltero y sin compromisos.
La reina Sofía ha sido objeto de controversia por unas declaraciones atribuidas a ella sobre el colectivo LGTBIQ+. Según la periodista Pilar Urbano, quien incluyó estas afirmaciones en una biografía no autorizada, Sofía habría expresado: “Puedo entender que haya personas con otra orientación sexual, pero ¿sentirse orgullosos de ello? ¿Subirse a una carroza y hacer manifestaciones?”. También habría añadido: “Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho o no, según las leyes de su país, pero que no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión, pero matrimonio, no”.
Estas declaraciones generaron un gran revuelo y fueron rápidamente desmentidas por Casa Real mediante un comunicado oficial. En el texto, la Casa Real aseguraba que la reina Sofía lamentaba la publicación de dicho libro y afirmaba que este no reflejaba el respeto profundo que ella siente por todas las personas. El comunicado también señaló que las palabras atribuidas a la exmonarca eran inexactas y que Pilar Urbano había puesto en su boca declaraciones que nunca ocurrieron.