Hoy 7 de febrero se cumplen 18 años desde que muriera en 2007 Érika Ortiz, hermana pequeña de la entonces princesa Letizia. Una muerte que, como no podía ser de otra forma, conmocionó a la familia y provocó un antes y un después en laya desgastada relación que tenía la pareja de Felipe con algunos miembros de su familia.
Como bien saben todos aquellos que siempre están muy atentos a las noticias de la casa real en España, desde el primer momento se dejó muy claro que la muerte de Érika había sido un suicidio, un suicidio provocado por la ingesta masiva de tranquilizantes, o al menos así se supo tras la autopsia realizada.
Sin embargo, en los últimos tiempos han empezado aparecer diversas teorías acerca de la muerte de la hermana pequeña de la Reina Letizia, teorías que son las protagonistas de uno de los libros que seguramente más daño y más miedo están generando en los últimos meses en Zarzuela.
El libro más temido para Letizia
Y es que Érika Ortiz: Otra extraña muerte en la Familia Real, de Javier Belda no hace otra cosa que poner encima de la mesa diversas teorías relacionadas con la muerte de Ortiz, una muerte que desde el primer momento ya se quiso relacionar con una severa depresión por la que estaba pasando la hermana pequeña de Letizia.
Eso sí, como se apunta en el libro, “nada se sabía entonces de la participación de Érika en la donación de óvulos a su hermana Letizia a partir de la cual, la futura reina Leonor, nacida en 2005, y la infanta Sofía, nacida en 2007, serían técnicamente hijas biológicas de la fallecida”.
Un libro que tiene como objetivo analizar “tres hipótesis respecto al terrible acontecimiento de la muerte de Érika. La primera, y también la más débil, sería la del suicidio por depresión al no poder superar, según contaron, haberse convertido en personaje público de la noche a la mañana. La segunda sería el suicidio inducido a partir de la prohibición de la princesa Letizia a que Érika tuviera el más mínimo contacto con Leonor. Y la tercera, posiblemente inverosímil, pero no imposible, que los servicios secretos actuasen utilizando técnicas de manipulación mental para proteger cualquier injerencia en el orden dinástico silenciando a Érika, la madre de la llamada a ser reina de España”.
Evidentemente de la casa real nunca se han pronunciado al respecto, pero que aparezcan publicaciones como esta no es algo que tranquilice precisamente ni a Letizia ni a su familia, ni tampoco a Zarzuela.