La finca donde habría pasado las últimas semanas Juan Carlos I una nueva historia de amor con una amante de poco más de 70 años es El Castañar. Esta finca, construida el año 1904, está situada en la carretera de Pulgar en Mazarambroz, Toledo. Todo el espacio ocupa 11.500 hectáreas y está dividida en dos partes: una de 7.000 que pertenece a José Finat, Duque de Pastrana, y otra de 4.500 de su hermano Rafael. En el caso de Juan Carlos, se ha alojado en el palacio del duque con quien guarda una buena relación desde hace años. Tan sólo para acceder hay cuatro kilómetros de pasillo rodeados de viñas y fauna animal.
El Castañar es un palacio que también ofrece diferentes actividades: desde bodas y alquiler de espacios para eventos hasta cacerías. De hecho, Juan Carlos participa activamente en ellas, sobre todo en la de jabalíes y ciervos. La dirección de la finca asegura que su modelo de gestión de caza y conservación es excelente.
En paralelo también posee más nidos de águila que todo el Parque Nacional de Cabañeros. La parte interior está decorada con un estilo rococó aunque también hay habitaciones más sencillas para los invitados.
La finca ha abierto las puertas, en más de una ocasión, a los medios de comunicación. Una de las últimas veces fue al programa España Directo de TVE. El mismo Duque enseña las habitaciones más señoriales como la de matrimonio con una cama majestuosa o un baño de mármol con una bañera enorme. ¿Serán estos espacios donde Juan Carlos ha disfrutado más en los últimos tiempos al lado de su nueva amante?
El actual Duque de Pastrana fue una de las personas más próximas al régimen franquista. El 27 de julio de 1971 se convirtió en presidente de la Diputación Provincial de Toledo y fue procurador de las Cortes franquistas. Posteriormente, militó en Alianza Popular y también es marqués de Corvera. En total, le han concedido ocho títulos nobiliarios a lo largo de su vida.
A los 82 años, Juan Carlos quizás empieza a centrarse y apuesta tan sólo por el amor a una mujer. Y, en paralelo, la reina Sofía tendrá que ver el papelón desde el sofá de la Zarzuela. Una Sofía que tal como explica la periodista experta en la Casa Real borbónica Pilar Eyre decidió desde el principio del matrimonio aguantar, presionada por su madre Federica de Grecia.