La Casa Real guarda absoluto silencio sobre todo lo que sucede en esas cuatro paredes. Nunca se han pronunciado sobre ninguna de las polémicas que les han rodeado. Sin embargo, son una familia como otra cualquiera, con sus problemas. Desde que llegó la reina Letizia a la familia, los cimientos se han tambaleado.
Cuando Felipe VI presentó a la actual reina de España a sus padres se cayó el mundo encima. A Juan Carlos I casi le da algo y empezó a gritar por todos los pasillos. Era una plebeya. Pero lo que más les disgustaba es que era una periodista de informativos y podría filtrar información a la prensa.
Según varios cronistas especializados en Casa Real, la reina Letizia ha conseguido su propósito de alejar a Felipe VI de toda su familia. Es ella prácticamente quien toma todas las decisiones. Con las últimas polémicas de los entonces maridos de las infantas, Casa Real decidió apartarles. La infanta Elena y la infanta Cristina nunca tuvieron buena relación con la reina Letizia. Como todos, delante de las cámaras mantenían las formas. Ahora que ya no forman parte de la Casa Real, ni tan siquiera se ven.
La reina Letizia y la infanta Cristina enemistadas por su feo gesto
Según Pilar Eyre, la mala relación de la infanta Cristina y la Reina Letizia es por culpa de un episodio que se vivió en el bautizo de Irene, hace 17 años. La asturiana humilló a los padres de Urdangarín. Sostiene Eyre: "Cristina organizó el bautizo de su hija en Madrid (...) Pensó que sus suegros merecían trato especial y se le ocurrió que podrían alojarse en casa de su hermano. La Zarzuela bis o el Pabellón del príncipe, un extenso palacio de 3.200 m2. Los suegros aceptaron encantados y Cristina llamó a Felipe para pedírselo. Letizia se negó en redondo a invitar una noche al discreto matrimonio Urdangarin, Juan María y Claire. No es que le pusiera pegas, ¡es que le dijo lisa y llanamente que no!: “Estoy embarazada, no me siento bien y no me apetece tener en casa a unas personas que no conozco”. 3200 m2 pero no los quería allí.
En ese momento se truncó la relación con la infanta Cristina. Esto provocó también el enfado de los hermanos. El bautizo fue un desastre con Letizia embarazada y enfadada: "Letizia era un poema. No se levantó de la silla, se abanicaba continuamente, le brillaban las sienes, cuando posó en grupo se le hundieron los tacones en el césped y estuvo a punto de caerse... Tenía un rostro tan angustiado que uno de los invitados me dijo que temió que fuera a desmayarse”.
Los padres de Urdangarín no le dirigieron las palabras en ningún momento a Letizia, que en aquel momento, al estar embarazada, no se levantó de la silla.