El protocolo real fija que en una recepción lo conveniente es dar la mano o hacer una reverencia pero NUNCA dos besos. Los reyes recibieron a una catalana, la mejor medallista de la historia. Zarzuela lo vende con todos los honores: "Don Felipe y Doña Letizia han recibido en audiencia en Palacio a la nadadora y compeona del mundo, Ona Carbonell Ballestero. Tras los mundiales de Corea del Sur ha logrado 23 medallas mundiales, convirtiéndose en la deportista con más medallas mundiales de natación y a solo 2 de Michael Phelps".
La nadadora catalana, que ha dejado dicho "Si hubiera escoger entre la selección española y la catalana, escogería a la catalana" se negó a hacer la reverencia y le clava dos besos al rey y a la reina. Ha encendido a los monárquicos y los unionistas, este es el vídeo:
La prensa ataca a Ona: "Los nervios le traicionaron y se echó a los brazos de los reyes para darles dos besos como si de dos amigos se tratasen", "Carbonell estaba visiblemente nerviosa y cometió uno "fallo grave", según lo califican expertos de protocolo", "La nadadora estaba fuera de su elemento"… Ha sido Jaime Peñafiel quien ha puesto los puntos sobre las íes en Cuatro: la reverencia no es obligada y es Letizia quien la quiere. Rahola se alegraba de un Peñafiel republicano en Todo es mentira.
Ona es lo que quiere: una campeona, el/la deportista con más medallas, la que escogería la selección catalana si pudiera y muy educada saludando a los reyes como lo que son: dos personas normales y dos funcionarios del Estado que cobran de todos.