El mismo día que un digital publica que Iñaki Urdangarin hace tiempo que no viene a Barcelona para no separarse de Ainhoa Armentia, Iñaki aparece en Sant Joan Despí, peleándose con el portero automático del dúplex de lujo donde vive su hijo Pablo. Mala suerte del digital, el mismo que cuando publicó que Pablo merecía ir a la selección española cuando el Barça prescindía de los servicios del jugador. Iñaki y Pablo y han traicionado al Barça. Este martes Iñaki, acostumbrado a pelearse con porteros de balonmano ha hecho el ridículo con el portero automático: no encontraba el botón del piso de Pablo. Agachado en cuclillas intentando decir "Pablo ábreme, soy tu padre". Los paparazzis de Europa Press son buenos, hacen guardia en las puertas del piso y han conseguido las impagables imágenes:
¿Qué hacía a Iñaki en Barcelona el día que se publica que nunca viene a Barcelona? Era un día importante para Pablo y lo demuestra la imagen que han captado las imágenes después, cuando volvían a casa padre e hijo: el jugador, a día de hoy con contrato con el Barça, ha ido a las oficinas del club de balonmano Granollers y ha firmado el contrato con su nuevo equipo. Eso es lo que se supone viendo el objeto que lleva Pablo entre las manos: una camiseta del club rival del Barça, el Balonmano Granollers. Una camiseta blanca. Anatema en Can Barça. Pablo traicionando los colores. Iñaki de cómplice. Tantos años culés para acabar así:
La agencia de noticias confirma que los dos padre e hijo se han reunido con el Granollers: "Antes de jugar su último partido con el Barça, Pablo se ha reunido con los responsables de su nuevo equipo junto a su mejor consejero, su padre". Iñaki es un buen consejero en balonmano, no en inversiones como demostró con Noos. Hablarán de salario y de si jugará siempre. El hijo tiene la vida solucionada gracias a que el padre cobrará una fortuna por el divorcio y la madre heredará una descomunal fortuna cuando muera Juan Carlos, Centenares de millones de euros que irán a parar a los cuatro hijos Urdangarin. No hará falta que trabajen. Pablo era el único que lo hacía pero desdichadamente no vale lo suficiente. El Barça B no lo quiere y se marcha al Granollers a jugar la Liga Asobal en un club mucho más pequeño que el Barça pero igual de digno. Pablo de blanco, como ha soñado siempre España. Y sin la senyera, la que tienen en el cuello todas las camisetas del Barça. Sin la bandera catalana, como ha soñado siempre Zarzuela. El Granollers no la tiene. Otro motivo para salir del Barça.