Con la llegada de Letizia al trono, la monarquía ha cambiado radicalmente. En la medida de lo posible se acercan más a la ciudadanía. Sin embargo, aún siguen siendo demasiado reservados. Todo lo que sucede entre las cuatro paredes de Zarzuela es un misterio. Siguen manteniendo la tradición, algunas costumbres se mantienen a pesar de los años y los cambios de una sociedad. Gran ejemplo de ello es un detalle que no pasa inadvertido. Se trata del anillo en el dedo meñique que algunos Reyes y príncipes siguen llevando, casi siempre con forma de sello. Éste lo luce Juan Carlos I y también alguno de sus nietos, como Pablo y Miguel Urdangarin.
La moda de este anillo se remonta a la época de la reina Victoria. Es un sello monárquico. La lucen muchos jefes de Estado como Carlos III, Juan Carlos I, el fallecido Constantino, o su hijo, Pablo de Grecia.
En un primer momento, el sello en el quinto dedo se usaba para dejar huella, es decir se grababa el escudo de armas del caballero o el símbolo de su Familia Real, o de su dinastía, enfatizando así su herencia histórica. El anillo se colocaba en el lacre, una vez se derretía, se estampaba en documentos oficiales o cartas, de esta forma se daba autenticidad al escrito.
A día de hoy ya solo se utiliza como algo decorativo y un símbolo de posición, independientemente de la mano. Por ejemplo, el hermano de Sofía lucía la joya en el meñique de la derecha, igual que su hijo Pablo. Mientras que el rey Carlos lo lleva en la mano izquierda, como Juan Carlos.
Miguel y Pablo Urdangarin muestran su apoyo a Juan Carlos
En el funeral de Constantino de Grecia se vio como Pablo y Miguel son totalmente monárquicos y respaldan la corona con ese sutil gesto. "Parece también que el joven ha heredado una costumbre de su abuelo paterno, ya que lleva un sello de oro en el dedo meñique de su mano izquierda. Don Juan Carlos ha llevado durante años diferentes anillos”, detalla la revista ‘Hola’. Aunque no se pronuncien públicamente, Miguel y Pablo apoyan a Juan Carlos I a pesar de todas las polémicas. Siempre que han podido ir a verle a Abu Dabi han estado presentes, también cuando el emérito almorzó en Zarzuela.