Este verano el corazón de Pablo Urdangarin ha quedado ocupado. Johanna Zott es la primera pareja oficial del hijo de Iñaki y Cristina. Debido a su situación mediática, intentó llevar la relación de la forma más discreta posible para evitar de esta forma el acoso constante de los periodistas. La también deportista ya se ha acostumbrado a las cámaras y se toma todo esto a broma. Los dos están muy felices y cada día comparten más vida juntos. Se conocieron en el colegio Liceo Francés de Barcelona y compartieron el deporte como afición. Sin embargo, solo eran buenos amigos, no ha sido hasta hace un tiempo cuando han decidido iniciar una relación.
Pablo Urdangarin ha sido acogido como un hijo más en la familia de Johanna. Este verano han pasado unos días en Menorca, y después en la casa familiar de los Zott en Palma de Mallorca. Debido a la presencia de los reyes en la isla balear, el joven no se ha pasado a saludar a su abuela, la reina Sofía. El jugador de balonmano es más cauteloso con su familia. De momento, Johanna solo conoce a sus hermanos y a sus padres, en una ocasión también ha estado con la pareja de Iñaki, Ainhoa Armentia. No conoce a nadie más.
Pablo Urdangarin, más cerca de Iñaki, y más lejos de Ainhoa
El joven está viviendo una época de cambios con el divorcio de sus padres. Iñaki y Cristina anunciaron su separación a principios del año pasado y a día de hoy todavía no han firmado el divorcio, no obstante, podrían haber llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, ya que han coincidido en uno de los partidos de Pablo con el Granollers, su nuevo equipo, y aunque no se han dirigido ni una sola palabra, ni tan siquiera se han sentado juntos, se les veía más calmados.
Pablo Urdangarin tiene una mayor relación con Iñaki Urdangarin por cercanía. Al fin y al cabo, aunque Cristina viene mucho a Barcelona vive a miles de kilómetros, en Ginebra, junto a Irene, la hermana pequeña del joven.
A Cristina de Borbón no le hace ninguna gracia que Pablo tenga relación con Ainhoa Armentia. Mientras se encontraban en el proceso de divorcio, la infanta pidió a su todavía marido que sus hijos no tuviesen ninguna relación con ella. Johanna ya la conoce y asegura que es una mujer muy simpática y agradable.