Pablo Urdangarin está centrado en su formación y en su gran sueño, convertirse en uno de los mejores jugadores de balonmano de la historia, pero el tiempo corre en su contra. Al hijo de la infanta Cristina le gustaría seguir los pasos de su padre, Iñaki Urdangarin tuvo una época dorada cuando militó en el FC Barcelona de balonmano. Era uno de los mejores jugadores de aquel momento, cuando la hija de Juan Carlos se cruzó en su camino. Desde que Pablo era pequeño acudió a los partidos de su padre y se enamoró del deporte. Es el único deportista de la familia. Sin embargo, a sus 23 años, Pablo no está consiguiendo su objetivo y se siente frustrado.
El joven quería participar junto a sus compañeros en la Selección Española de balonmano cuando participó en los Juegos Olímpicos de París este verano, pero no ha sido posible. A él nunca le convocaron. Pablo Urdangarin cree que hay alguien detrás de su mala suerte en el deporte. Y cree que detrás estaría Juan Carlos I. El joven no culpa a Letizia en este caso que no cree que tenga tanto poder de decisión.
Juan Carlos I protege a la corona, aunque ya no forma parte de ella. A pesar de algunas humillaciones, nunca haría daño a Felipe VI, y mueve sus hilos para que los reyes no salgan perjudicados. La familia real siempre debe mantenerse en un discreto segundo plano, en silencio. Por ello, si Pablo Urdangarin destacase en el mundo del deporte sería un escándalo, como sucedió con Iñaki Urdangarin.
Juan Carlos no tiene el mismo trato con todos sus nietos
Pablo Urdangarin se ha enfadado mucho con su abuelo, que siempre iba a verlo a sus partidos, porque no usa las mismas reglas para todos sus nietos. Se compara con sus favoritos, los hijos de la infanta Elena. A Froilán le han consentido demasiadas cosas. El joven se ha metido en demasiadas polémicas, y aún así le buscan un trabajo y un piso gratis. Mientras que a Victoria Federica le han consentido convertirse en una de las influencers del momento y participar en programas de televisión o conceder entrevistas. En este caso Juan Carlos no les ha parado los pies.
El hijo de la infanta Cristina prácticamente no tiene relación con sus abuelos maternos. Se ha ido alejando especialmente de Juan Carlos, y más desde que vive en Abu Dabi y no coinciden tanto, ya que cuando viene alguna vez a Madrid, ni tan siquiera pasa por Barcelona para verle.