El milagro es digno de estudio: Iñaki Urdangarín está a punto de obtener el tercer grado penitenciario sin que nadie le haya visto jamás entrando en la cárcel de mujeres de Brieva. Sólo la Fiscalía de Valladolid se interpone en el camino del 'Duque empalmado', condenado a 6 años y 3 meses por malversación, prevaricación, fraude a la administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias por el 'Caso Nóos'. El cuñado de Felipe VI ya se veía durmiendo en casa sin tener que esconderse, y más cerca de su objetivo final: volver a Catalunya. Tendrá que esperar, aunque la estirpe Urdangarín-Borbón ya recorre Barcelona.
Vanitatis explica que un Urdangarín ha vuelto a la capital catalana, y que una institución puntera del país le ha servido de anfitriona: el F.C.Barcelona de Bartomeu. Pablo, el hijo jugador de balonmano, sigue sus pasos y ha pasado el verano entrenando a escondidas en el club azulgrana, allí donde el padre triunfó como deportista antes de probar la peligrosa codicia monárquica. Pablo se ha ejercitado sin ficha con los culés, después de haber dejado el Nantes, donde no despuntó a pesar de tener influyentes padrinos. El paso del segundo de los hijos de Iñaki y Cristina por las instalaciones del Barça ha sido efímero, ya que no formará parte del club. Su destino, explica la periodista Sílvia Taulés, sería el Club de Balonmano Espluges, donde jugaba antes de marcharse a Ginebra con la familia. La meta del joven de 19 años es establecerse, definitivamente, en Barcelona.
Catalunya, uno de los demonios de la Casa Real, es también el futuro soñado del repudiado Iñaki. El Barça (el actual) no le olvida.