Este domingo 27 de agosto no es un día cualquiera para Pablo Urdangarin. El nuevo jugador del Balonmano Granollers se estrenará en una competición europea, la Euroliga EHF. Ya había debutado con el Barça en la máxima competición, la Champions, pero de manera anecdótica y siempre con ficha del 'B'. Con los vallesanos, sin embargo, su estatus es diferente. Pertenece a la primera plantilla, entra en los planes del entrenador y, ahora sí, se puede considerar un jugador de élite. Un reto que, a partir de las 17:00 h y en directo por Esport3, debe afrontar con concentración y máxima ilusión.
Contento, ciertamente, sí que lo hemos visto en Constanza, Rumanía, escenario del partido. Seguro que Pablo sentirá cierta presión, pero solo de tipo deportiva. Nada que ver con la que vive en Catalunya, en Vitoria o en cualquier punto de la península, perseguido por cámaras y reporteros, y observado por mirones y peatones. En Rumanía no le está pasando eso, cosa que agradece. Pasa más bien desapercibido. Y se nota. Su gesto es de relajación total. Incluso a la hora de vestirse. Vean la imagen.
Pablo Urdangarin, en Rumania con chanclos y calcetines
El siempre guapo, elegante y arreglado Pablo se transforma cuando pasa de royal a deportista. Su aspecto es otro, mucho más sencillo, básico. Ha recuperado las gafas graduadas y todo. Prima la comodidad más que otra cosa. Ahora bien, incluso así se puede ir a la moda, marcar tendencia. Una que crea enorme polémica y a la que nos sumamos sin pensarlo dos veces, el tema de las chanclas y calcetines. Desde aquí nuestra oposición radical y sin fisuras. Cuántas veces habremos criticado el look guiri por antonomasia, por feo, inapropiado y lesivo para la vista. Sí, ya sabemos lo que responderán sus defensores: que no tenemos ni idea de moda. Que es tendencia desde hace un par de años, que las marcas de lujo y las pasarelas abrazan esta combinación. Y además, siempre habrá quien apunte que "es que los jugadores van más cómodos". Que sí, que sí. Pero aún así hace daño a la vista.
El hijo de Cristina e Iñaki se relaja en su nueva etapa en el Balonmano Granollers
Chancleta azul de piscina y calcetín blanco bien estirado, y hale, a pasear por la ciudad de la costa del Mar Negro, junto a Ucrania. Una especie de Benidorm en versión rumana, lugar turístico por excelencia en el país, con atractivos como la desembocadura del Danubio, gracias a su canal navegable. Pablo ha hecho de guiri con su vestuario tan poco elegante... pero que triunfa entre los jóvenes y los fashionvictims. A su favor diremos que no es el único miembro del equipo catalán que ha sucumbido. Pero claro, ellos no salen en la prensa rosa como una especie de Adonis, ni como un símbolo de clase y perfección. Una mancha, Pablo. Nunca más. Johanna, haz algo, por favor.
Si llevas calcetines, recuerda, amigo: la zapatilla es tu amiga. El resto es el horror.