Pablo Urdangarin es, con diferencia, el rey de los Borbones en una categoría: es el más atractivo, atlético y, aparentemente, más centrado. Cualidades que, sumadas a su juventud (23 años) y riqueza familiar, lo convierten en una pieza codiciada del mercado. Desde hace un año, sin embargo, no cotiza. Lo han sacado de circulación. La afortunada, una excompañera de escuela en el Liceo Francés de Barcelona, de familia bien, deportista, pudorosa y formal: Johanna Zott. La joven se ha impuesto en la presunta jungla, según Telecinco, que se había convertido su vida personal. Había diferentes pretendientas haciéndose ilusiones, e incluso se estaba destapando la herencia genética de su padre Iñaki y abuelo Juan Carlos: un maestro jugando a varias bandas ¿Realidad o literatura? Da igual. La cosa es que Zott es su pareja, única y oficial. Y punto.
La relación, descrita por el entorno como idílica y llena de mariposas, parece ir por el buen camino. Incluso la han presentado al patriarca de la familia, al que realmente importa. ¿Al rey Felipe? ¿A la futura reina Leonor? No. A Juan Carlos, quien convertirá a su nieto en un multimillonario muy joven, 300 millones de herencia. Pablo la llevó a la fiesta de cumpleaños del yayo autoexiliado en Abu Dabi, sabe jugar sus cartas. El viaje, como explican este domingo en 'Vanitatis', lo hizo acompañada de su familia. Turismo con los Zott, compromisos con los Borbones. Un plan perfecto.
Esta escapada tan particular servía para el reencuentro de los tortolitos, separados de manera importante durante los últimos meses. Mientras que Pablo había cambiado el FC Barcelona por el Fraikin Granollers, ella también se había largado de Barcelona y se había instalado en Múnich para cursar sus estudios de Medicina gracias al programa Erasmus. Eran solo cuatro meses, pero que se pueden hacer interminables cuando te consume el ansia del amor. Del amor o de otras pasiones, claro. El caso es que, según el digital, Urdangarin ha vivido "una tortura. Ha sido bastante duro para ambos, sobre todo para él, que es quien se ha quedado en Barcelona esperándola". Quizás por eso dejar plantada a Leonor en el día de su aniversario e ir corriendo a Alemania, no fuera que le birlaran la cartera... y la novia. Eso sí, nadie le ha preguntado a Johanna. Quizás ella tenía más motivos para estar preocupada. Vete a saber.
El drama, podemos que anunciarlo ya de manera oficial, ha acabado. Vuelven a estar juntos, básicamente porque la joven ha vuelto a Esplugues de Llobregat, a la casa familiar. Su presencia habitual durante los últimos partidos de Pablo eran reveladores, pero podría tratarse de un paro del calendario alemán. No es así. El cuatrimestre lectivo en el extranjero ha acabado. Dicen que ahora "Pablo Urdangarin casi no pisa su casa para estar con la joven". Y vaya casa: el piso de millonario que Juan Carlos le paga en Pedralbes, 150 m², piscina, un escándalo. Imposible para un jugador de balonmano como él. Un nido que conoce bien Johanna, que tenía su moto aparcada en el garaje. Y que, si todo va bien, conocerá más. Porque la siguiente gran prueba de fuego es esta: la convivencia. Mudanza a la vista, nueva pareja VIP en la zona alta de Barcelona. Todo o nada. Si funciona, adelante. Si, no adiós.