Pablo Urdangarin, hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, enfrenta un momento decisivo que marcará el rumbo de su carrera deportiva y su vida personal. Con solo 24 años, el jugador de balonmano del Fraikin BM Granollers está en el centro de atención debido a las ofertas internacionales que han surgido para llevar su talento a las ligas más competitivas de Europa. Sin embargo, aceptar alguna de estas propuestas podría significar un distanciamiento definitivo de Barcelona, su pareja y su vida actual.
Actualmente, el contrato de Pablo con el Granollers vence en junio de 2025, pero los equipos interesados, provenientes de ligas como las de Francia, Alemania, y Dinamarca, no están dispuestos a esperar. Estas ligas ofrecen salarios más altos, mejor visibilidad internacional y mayores oportunidades de crecimiento profesional. Sin embargo, estas propuestas suponen una nueva prueba para su vida personal, especialmente en su relación con Johanna, una estudiante de medicina con un futuro anclado en España. Y es que en caso de irse, la joven no le seguiría. Sus padres son muy estrictos en este sentido y siempre han inculcado en su hija una alta responsabilidad sobre su futuro. Y en este sentido, lo primero son los estudios.
Pablo Urdangarin debe decidir su futuro en los próximos meses
Pablo ya sabe lo que significa vivir lejos de casa. Antes de unirse al Granollers, jugó en equipos de Francia y Alemania, ganando experiencia en entornos internacionales. Sin embargo, el contexto actual es diferente. Su relación con Johanna, que ya superó una separación temporal cuando ella estuvo en Múnich por un Erasmus, se encuentra nuevamente ante el reto de una posible distancia. Mientras Pablo valora las ventajas de seguir creciendo profesionalmente fuera de España, el impacto en su vida sentimental pesa cada vez más.
En caso de permanecer en el Granollers, Pablo mantendría la estabilidad emocional y el equilibrio que ha encontrado en Cataluña. Además, continuar compitiendo en la Liga ASOBAL le permitiría seguir progresando en un entorno familiar y cómodo, lo cual también tiene sus beneficios deportivos. Sin embargo, la comparación con las ligas extranjeras y sus ventajas económicas y profesionales plantea un dilema difícil de resolver.
Pablo debe elegir entre priorizar su carrera deportiva o su historia de amor con Johanna Zott
Las ofertas internacionales también podrían ser una oportunidad única para demostrar su potencial en ligas de alto nivel, como las de Francia y Dinamarca, que son un trampolín hacia la élite del balonmano. Además, en España tampoco ha conseguido lo que más desea: consolidarse en la Selección Española. Irse al extranjero le permitiría adquirir más experiencia y, por lo tanto, tener más posibilidades de vestir la camiseta de la absoluta. Una posibilidad con la que sueña para intentar lograr algún título importante y ser recibido en la Zarzuela con todos los honores.
Pero el precio de esta decisión no es solo profesional: es personal. Su relación con Johanna, que está en las últimas etapas de su formación médica, podría enfrentar una nueva prueba de resistencia si él decide mudarse al extranjero.
Pablo tiene hasta junio de 2025 para tomar una decisión, pero las negociaciones deben cerrarse meses antes. Según los expertos, es probable que el futuro del joven se defina en los próximos cuatro meses, un periodo crucial en el que deberá elegir entre proyección internacional o mantener su estabilidad emocional y personal en España.