Con la separación de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina conocimos más a Pablo. Hasta el desembarco de Victoria Federica en las redes sociales y la televisión, el joven era el nieto de Juan Carlos I más conocido porque militaba en el FC Barcelona de balonmano, aunque ahora juega en el Granollers FC sin mucho éxito. El hermano de Juan, Miguel e Irene quiere seguir los pasos de su padre, pero no está teniendo mucha suerte. Él cree que existe una mano negra para que no destaque en este deporte y no ponga en el foco mediático a la corona.

Pablo Urdangarin es el hijo más cercano a los Urdangarin, siempre ha hecho de mediador entre ambas familias, especialmente ahora que sus padres se han separado. Atendió a la prensa de una forma muy respetuosa con un “son cosas que pasan”. El joven no acudió al cumpleaños de Leonor, pero no se perdió el de la reina Sofía ni el de Juan Carlos I, tampoco el de Claire. Siempre que puede, el jugador de balonmano aparece por Zarzuela, Abu Dabi o Vitoria, donde está su abuela paterna. Para la pareja de Johanna Zott sus abuelos son muy importantes. Sabe que son muy mayores y que algún día no estarán y no podrá verles más, por ello aprovecha todo el tiempo posible a su lado. Le gusta visitarles, pasar tiempo con ellos, compartirles sus vivencias y decirles cuánto les quiere. Pablo sería el yerno perfecto, ese que quieren todas las madres para sus hijas.
Pablo Urdangarin está muy preocupado por la salud de su abuela
En estos últimos meses ha aparecido mucho por Vitoria, y es que aunque sus abuelos maternos también son de edad avanzada y están delicados, Claire está peor. Iñaki Urdangarin ha cuidado mucho de su madre y se han hecho inseparables. De hecho, vive con ella cuando Ainhoa Armentia no está en casa. Pablo Urdangarin también se queda en su casa siempre que puede. Es el joven quien ha hablado seriamente con sus hermanos y les ha explicado de primera mano la situación. Pide a Juan, Miguel e Irene que visiten más a menudo a su abuela. Los tres viven en estos momentos en Londres.
Son casi noventa años lo que tiene Claire Liebaert y su salud cada vez es más delicada, los hermanos Urdangarin nunca la han querido dejar sola y la cuidan mucho. Ya no se la ve salir sola de casa, ni tan siquiera sale. Son sus hijos los que le hacen la compra y la acompañan en coche a todas partes. Su movilidad es reducida y en estos últimos años ha dado un importante bajón en su salud. Los nietos están muy preocupados.
