Después del desfile de hijos y nietos del rey Juan Carlos por el hospital donde se operó a corazón abierto la prensa rosa echó de menos a uno de ellos, Pablo Urdnagarin. El hijo mediano de la infanta Cristina ha reaparecido el primer fin de semana de septiembre en Nantes, donde ha debutado a la liga  profesionalde balonmano francesa. Tiene el mérito de ser el único de los sobrinos del rey Felipe que ya se gana la vida.

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Pero lo ha hecho de una manera triste: en el banquillo y solo, sin la presencia de sus familiares. El sobrino del rey de España no tiene privilegios en la república francesa y ha pasado casi todo el partido de suplente.

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Mientras sus hermanos, Juan, Miguel e Irene, van con pulseras de la bandera de España, como destapó En Blau, Pablo es mayor de edad y con 18 años defiende los colores de un equipo francés, el HBC Nantes. Paradójicamente el color del equipo es el morado, que en España es el de la bandera republicana y de Podemos. El chico hacía cara de llevar mucho peso sobre los hombros, por el apellido y debutar en la primera división de Francia. Incluso cuando juega conserva aquel aire desganado de los sobrinos de Felipe.

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El chico no quiso dejar la concentración con su nuevo equipo para volar los 1000 km entre la ciudad del oeste de Francia y Madrid. Tiene bastante personalidad para decidir ahorrarse la foto con los borbones. Pero ninguno de ellos ha ido a verlo el día más importante de su carrera. Si es bueno quizás acabe como su padre. No en prisión sino en el F.C. Barcelona. ¿Otro Urdangarin con los colores azulgrana?