Tal y como aventuró informó Vanitatis a principios del verano, se había planeado un encuentro masivo en Marivent entre los miembros de la familia real en algún momento entre finales de julio y principios de agosto. Según la fuente, las infantas Elena y Cristina tenían la intención de visitar el palacio de Mallorca junto con sus hijos, coincidiendo con la presencia de la reina Letizia, el rey Felipe, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Incluso se mencionó la posibilidad de que el rey emérito Juan Carlos I se uniera, ya que estaría participando en una regata en Sanxenxo durante esos días y podría hacer una visita.
Se habían hecho todos los preparativos tal como lo había publicado Vanitatis. Los hijos de las infantas ya habían comprado los billetes de avión. Incluso Froilán había organizado su viaje a Marivent. Además, se habían alquilado dos coches para los traslados al aeropuerto y por la isla. Se había reforzado el servicio de limpieza de Marivent para asegurarse de que todo estuviera listo para la llegada de la familia. Todo estaba preparado para repetir la imagen de la familia real al completo que se había producido hace cinco años durante el 80 cumpleaños de la reina emérita Sofía.
Cancelación del encuentro con humillación a Pablo Urdangarin incluida
Sin embargo, el encuentro no tuvo lugar. Felipe, bajo la influencia de la reina Letizia, decidió que no habría reunión. La consorte no quería ver ni a los Marichalar ni a los Urdangarin en la propiedad. Felipe tuvo una discusión acalorada con sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, cuando les comunicó que no podían asistir mientras ellos estuvieran presentes.
Dado las infantas ya estaban acostumbradas a este tipo de desplantes desde que Letizia se convirtió en reina, la humillación fue mayor para Pablo Urdangarin. Al parecer, el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ya se encontraba en la isla con su novia, Johanna Zott, y los padres de esta. Sin embargo, tras la cancelación del encuentro, recibió instrucciones de no acercarse a Marivent, y mucho menos en compañía de su familia política.
Finalmente, Pablo pasó esos días en la casa de los padres de su novia en la isla, marginado por su tío y quedando excluido de la familia real en presencia de su familia política.