Pablo Urdangarin es el sobrino modélico de Felipe VI. Atleta, currante, educado, guapo. Una rara avis borbónica y un absoluto extraterrestre entre los primos de la familia del rey, con Froilán o Victoria Federica como la antítesis absoluta con respecto a su imagen pública. El joven jugador de balonmano del Barça ha seguido los pasos de su padre Iñaki en materia deportiva. En cuanto a la parte personal, sin embargo, parece a años luz de distancia. Especialmente en sus asuntos amorosos: a pesar de los intentos por dibujarlo como un mujeriego precoz, Pablo ha escogido a una única novia, Johanna Zott. Un gesto que lo honra, una vez más. Se parece tanto a un Borbón como un huevo a una castaña.

Que Urdangarin y Zott están intentando construir una relación sólida es una evidencia que se ha manifestado en escenas como la de la visita sorpresa de la infanta Cristina al Palau Blaugrana hace algunas semanas, coincidiendo con el estallido mediático del romance con la jugadora de voley del CV Esplugues y excompañera de clase en el Liceo francés. Johanna y Cristina siguieron juntas el partido de Pablo, y al acabar el tiempo reglamentario los tres se encontraron en la grada. Hubo sintonía, recatada pero real. No fue un festival de pasión, pero tampoco es de extrañar: para hacer eso pueden disfrutar de su intimidad e incluso de las redes sociales, como se ha visto con el descubrimiento de la cuenta de Instagram real del joven catalán.

Pablo da dos besos en la mejilla de Johanna / Europa Press
Pablo Urdangarin y su novia Johanna Zott / Instagram

Las dos yayas de Pablo Urdangarin no se comportan de la misma manera con su nieto

El corazón de Pablo va pleno de amor, aunque siempre falta algo. Hay alguien muy próximo que, por la razón de que sea, no le está demostrando demasiada atención. Hablamos de yayas, de abuelas, de amonas o amamas, en euskera. Urdangarin tiene dos: Sofía de Grecia, de 84 años y reina emérita, y Claire Liebaert de 87. Una vive en Zarzuela, la otra en Vitoria-Gasteiz. Las dos quieren mucho al nieto ideal, pero una lo demuestra de una manera mucho más firme que la otra. Mientras Claire es una entusiasta fan de su carrera deportiva, la griego pasa de todo. Hace 4 años que no lo visita en un pabellón deportivo, cosa que Liebaert siempre que puede. La edad no es ningún impedimento para ella. ¿Cuál es, pues, la excusa de la mujer en la distancia de Juan Carlos?

Pablo, Iñaki Urdangarin y Claire Liebaert / GTRES

Sofía pasa de Pablo y de su carrera deportiva, los motivos

El deportista recibe habitualmente el calor de los suyos en los diferentes recintos deportivos de la península donde juega al Barça 'B'. Iñaki y Cristina, sus hermanos, la novia e incluso Juan Carlos I de Abu Dhabi, quien aprovechó la escapada a Sanxenxo de 2022 para verlo en acción en Pontevedra. La revista Lecturas aporta el dato que deja mal a Sofía: desde 2019 no se apunta a uno de sus partidos. Fue en Hannover, en un viaje en el que también estaba Juan Carlos, Elena, Cristina y Claire Liebaert. "Que Sofía no haya vuelto es un gesto que extraña teniendo en cuenta que a ella le gusta ejercer de abuela y que no resulta complicado ir a ver un partido de Pablo". Entre las teorías sobre la mesa, no querer compartir espacio ni oxígeno con Iñaki Urdangarin (una prohibición que parecería absurda por parte de Letizia y Felipe VI) o intentar evitar distraerlo y eclipsarlo.. Cualquier excusa es buena para no hablar de desinterés; todo lo contrario a lo demostrado por el joven, que fue a Atenas a despedir al hermano de la griega, Constantino II. Un gesto que no recibe recompensa en forma de visita de la yaya. Doloroso.

Pablo Urdangarin y Juan Carlos / Europa Press
Sofía con Pablo Urdangarin en el funeral de Constantino II / GTRES

Claire gana como abuela a Sofía. Golazo.