El pasado fin de semana estuvo marcado por la celebración del 24 cumpleaños de Pablo Urdangarin, hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Aunque el cumpleaños oficial fue el viernes, la fecha quedó enmarcada por los compromisos profesionales de Pablo, quien al día siguiente disputó un partido con el Fraikin BM Granollers contra el Bathco BM Torrelavega, segundo clasificado en la Liga Plenitud. En un duelo emocionante, el equipo catalán logró un empate en los últimos segundos.
A pesar de no organizar una fiesta a lo grande, Pablo disfrutó de una celebración en petit comité. A este íntimo encuentro asistieron su novia, Johanna Zott, y su madre, la infanta Cristina, quien se ha convertido en uno de sus principales apoyos. La infanta suele viajar a Barcelona cada quince días para presenciar los partidos de su hijo, y en esta ocasión, no quiso perderse el momento especial. También estuvieron presentes algunos amigos cercanos de Pablo y familiares de Johanna, quienes compartieron con él esta fecha tan importante.
Celebración en petit comité del cumpleaños de Pablo Urdangarin
Sin embargo, la ausencia que más llamó la atención fue la de Iñaki Urdangarin, padre de Pablo. Aunque el exdeportista ha sido un apoyo clave en la carrera profesional de su hijo, esta vez no fue invitado a la celebración.
Desde el escándalo que marcó la separación de Iñaki y Cristina, las tensiones familiares han sido evidentes. A pesar de ello, Pablo ha mantenido una postura neutral, evitando posicionarse en el conflicto entre sus padres. Este enfoque contrasta con el de su hermana Irene, quien ha mostrado un apoyo incondicional a su madre.
La razón de la ausencia de Iñaki radica en la complicada relación entre él y la infanta Cristina, especialmente tras la polémica por su relación con Ainhoa Armentia. Cristina no desea interactuar con su exmarido ni con su nueva pareja, y en un esfuerzo por evitar cualquier posible tensión, se decidió mantener la celebración en un entorno reducido y libre de controversias.
Iñaki Urdangarin se queda sin invitación
La situación familiar de los Urdangarin se ha convertido en un tema recurrente, pero Pablo ha demostrado que puede mantener el foco en lo que realmente importa: su desarrollo como jugador de balonmano y su vida personal. Su capacidad para mantenerse al margen de los conflictos familiares y su cercanía con su madre reflejan la madurez con la que enfrenta las adversidades.
Mientras tanto, el día a día de Pablo sigue siendo el de un joven centrado en su carrera profesional. Aunque su madre ha adquirido una vivienda en Barcelona, él continúa viviendo en una casa en Pedralbes, propiedad de unos amigos cercanos de sus padres, quienes también han sido un apoyo constante.