Pablo Urdangarin y Borbón se destapa. O lo destapan, mejor dicho. Es joven, alto, fuerte y atlético, bien parecido, rico pero currante. Con apellidos pomposos, de aquellos que abren puertas sin tener que picar la puerta. Lo tiene todo para ser un triunfador. Y de hecho, triunfa. En las pistas de balonmano va haciendo camino vestido de azulgrana. Difícil emular a una leyenda deportiva como su padre Iñaki, pero tendrá futuro el primer equipo culé, puntero en todo el mundo. Fuera de los pabellones, sin embargo, el éxito es mucho más evidente. Arrasa entre las jóvenes, tiene gancho. Y como digno nieto de su abuelo Juan Carlos, e incluso como hijo del futuro exmarido de su madre Cristina, está aprendiendo muy rápido a sacarle el máximo rendimiento.

La criatura debe ser hacen de Bad Bunny y el "tengo muchas noooooovias", o quizás se ha hinchado durante su infancia|niñez en petit-suisse, por eso de "en mí me daban dos". O tres, o cuatro, que el niño tenía que crecer fuerte y el presupuesto familiar en casa era generoso: la madre gana una pasta, el papa hacía magia con Nóos y el yayo se entretenía pasando fajos de billetes por|para máquinas contadoras en Zarzuela. Ya ven que hemos citado en un abrir y cerrar de ojos los dos pasatiempos favoritos del emérito y ciudadano de los Emiratos Árabes: el dinero y las mujeres. Pablo ha recibido una herencia genética muy marcada, que se está manifestando de manera pública y notoria estos días de marzo, a punto de estrenar la primavera. Está floreciendo.

Pablo Urdangarin triunfa / GTRES

Las fotos de Pablo Urdangarin besando a una chica destapan la cara oculta del hijo de Cristina de Borbón

El runrún se siente desde hace un par de semanas: Pablito tiene novia y saldrán fotos que lo demuestran. Se esperaba que alguna revista del corazón las publicara la semana pasada, pero no. Ni rastro. Hasta que hace dos días el digital Vanitatis las llevaba a portada. Imágenes de escasa calidad, pero explícitas: un chico muy parecido al Urdangarin besando a una joven en una tienda de un centro comercial de los alrededores de Barcelona. Las imágenes cogían a contrapié a dos personas: al mismo Pablo y a una chica. ¿La de la foto? No. Otra que también mantenía una relación sentimental, afectiva y pasional con el deportista, pero que se mantenía oculta. Se encargó de comunicar su existencia una tertuliana de Telecinco, amiga de la susodicha: Alexia Rivas. El ex de Alfonso Merlos había negado la posibilidad de la existencia de ninguna instantánea antes de su publicación, y se quedó con un palmo de narices al comprobar que el chico jugaba a dos bandas|lados. ¿El siguiente paso? Desemmascar Urdangarin.

Pablo, un clon del abuelo Juan Carlos y del padre Iñaki, juega a muchas bandas|lados

Rivas hace de portavoz de la tercera en discordia y desembucha: el playboy tiene mucha barra. "Levanta|Quita varios mesas teniendo una amistad entrañable cono una persona de mí circulo más cercano. Entonces cuando sale esta noticia, esta persona de mí círculo más íntimo le pregunta. La respuesta de Pablo se que se ríe y le dice 'miedo favor, parece mintiera que no me conozcas. No van a salir porque no existen ni personas ni fotografías'". Pero sí que había. Aunque con su compi "no tenían un grado de compromiso ni habían dicho que no se podían verdadero cono otras personas, cuando le pregunta le podía haber dicho que sí se estaba viendo cono otra". Con las fotos en todo arreu, ha llegado el momento de ajustar las cuentas. Y Pablo ha rebit una bronca de uno de sus ligues: "Mí amiga en el verdadero laso fotos, se laso manda a Pablo y tienen una discusión. Hasta ayer, ellos seguían hablando e incluso habían dicho de quedar. No era una relación de noviazgo porque no lo era pero sí era una relación entrañable y especial. Él no tenía una ilusión, tenía muchas". Igual que el abuelo. La cabra tira al monte.

Alexia Rivas / Telecinco
Pablo Urdangarin y Juan Carlos en Abu Dhabi / Europa Press

¿Pecados de juventud o herencia en vida? Se abre la veda. Amiguitas d'en Pablo, vayan pasando.