La ruptura sentimental de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ha provocado un hecho inesperado: ver que algunos de sus hijos den un paso adelante y opinen ante la prensa sobre el escándalo que sacude su núcleo familiar. Los exduques de Palma tienen 4 descendientes: Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene. Y de todos ellos el más popular es el segundo, Pablo, por dos motivos principales: primero, por tener una actividad profesional conocida y reconocida, una auténtica rareza en el entorno borbónico, y segundo por responder a las preguntas de los reporteros que lo persiguen con insistencia desde que se publicara la exclusiva de la amante de su padre. Aquel mismo miércoles 19 de enero, con las fotos de la deslealtad todavía calientes, el jugador de balonmano del Barça B nos dejaba con los ojos como platos al confirmar la historia: "Nos vamos a querer igual".
Dos semanas después de aquella portada no ha habido ni un día de tranquilidad en la familia. Un comunicado oficial de interrupción del matrimonio, un viaje a Ginebra, una persecución incesante a Iñaki y a su amante Ainhoa Armentia por las calles de Vitoria-Gasteiz, unas declaraciones alucinantes del abogado de Urdangarin y una retahíla de bombas sobre las aventuras extramatrimoniales del vasco, por ejemplo. La última cuchillada|navajazo a la infanta Cristina es la aparición de una nueva amante que vive en Suiza, como ella: una española de 29 años que frecuenta los mismos círculos de alta sociedad que la hermana de Felipe VI. El carrusel sigue girando y girando, cada vez a más velocidad. Y alguien rubio, alto, apuesto y con muchas amistades femeninas saldrá volando.
A pesar de la tormenta que no amaina sobre la cabeza de Iñaki, no podemos dejar de pensar en las palabras de Mario Pascual Vives, letrado y amigo del protagonista, durante una entrevista en 'El món a RAC1'. Y no, no hablamos de eso que sea "mileurista" ni de que no tenga dinero para un vehículo propio y que por eso "va en bicicleta a todas partes". Lo que realmente resultaba inverosímil es que dijera que no se divorciarán, y que si han decidido hacer un paréntesis en su unión conyugal es para arreglar las cosas y volver a estar juntos, felices y enamorados. La gran cronista catalana Pilar Eyre, autora del texto de la exclusiva y la única periodista que hace tiempo que advertía que el matrimonio estaba muerto, le ha chafado la guitarra anunciando que la separación oficial y con papeles es cuestión de tiempo. "Iñaki y Cristina no van a volver, sigue con Ainhoa. No ha sido un simple ligue o una calentura de fin de semana". Pensar en una solución que pase por la reconciliación es un acto de fe muy bonito, pero irreal. Ahora bien, hay quien sigue defendiendo esta teoría: su hijo, Pablo.
Atención a lo que ha dicho a la prensa que lo perseguía cuando iba a un entrenamiento y que nadie se esperaba: a la pregunta sobre si podrían volver a estar juntos, responde que sí. "Sería lo normal". Hombre, normal, normal... Es optimista hasta la médula, incluso demasiado. De hecho él mismo se delata: "Ojalá". No habla a través del cerebro ni del juicio, sino del corazón y de sus deseos. Soñar es gratis, claro. Lástima que la línea entre el sueño la pesadilla sea tan estrecha. Hace semanas que sólo conocen la segunda opción, y quizás por eso su énfasis por volver al cuento de hadas. Lo recoge 'Lecturas':
Si en vez de en España eso pasara al Reino Unido las casas de apuestas tendrían un montón de líneas abiertas sobre los posibles desenlaces de esta fractura. Y estamos casi seguros de que si alguien se jugara sus ahorros por la reunificación y acertara se haría de oro. Más de oro que Juan Carlos I. Pablo, sabe mal, pero tiene mal pinta. No te la juegues.