Irene Urdangarin, la hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, tenía grandes planes para este curso. Se disponía a embarcarse en una nueva aventura académica en la famosa École Hôtelière de Lausanne. Sin embargo, a última hora, se echó atrás. En lugar de libros y clases, optó por un año sabático lleno de voluntariado y proyectos de cooperación. La idea de estudiar hostelería en la famosa École Hôtelière de Lausanne fue descartada. Al menos por el momento.
El principal motivo de esta renuncia tiene que ver con el momento personal que atraviesa. Está lidiando con el huracán emocional causado por el doloroso divorcio de sus padres. De hecho, se conoce que ha estado recibiendo ayuda psicológica en Ginebra para tratar de sobrellevar la situación. Asimismo, aunque se sacó el Bachillerato, ya empezó a presentar problemas en los estudios el año pasado.
Preocupación entre los hijos de la infanta Cristina por el estado de su madre
Pero Irene no solo sufre por su situación mental. También padece por su madre. La joven ha sido testigo de primera fila del sufrimiento de su madre a raíz de la nueva relación de su padre, Iñaki, con Ainhoa Armentia.
Una infidelidad y posterior ruptura que Cristina, aunque intente poner buena cara en las fotos, no supera. La infanta siempre estuvo profundamente enamorada de Iñaki y aún lo está. De hecho, algunas fuentes apuntan que incluso le ha pedido a Iñaki de volver, dispuesta a perdonárselo todo.
La situación tiene especialmente preocupada a Irene, pero no solo a ella, también al resto de hermanos. Como Irene, Pablo, Miguel y Juan le ven en el rostro, como todo quien la haya visto en sus últimas fotos, la tensión de la situación que está viviendo.
Mientras tanto, el rey emérito Juan Carlos I sigue presionando a Cristina para que zanje el asunto de una vez por todas. Su padre quiere que estampe su firma en los papeles del divorcio y se olvide del asunto. Ello no solo permitirá respirar tranquilo al ex monarca, al que Iñaki amenaza con revelar secretos suyos que conoce si su hija no cede en la separación, sino también a la infanta, que podrá mirar hacia adelante y empezar una nueva vida haciendo borrón y cuenta nueva.
Cristina, no obstante, y eso es lo que la tiene en tensión, sigue reacia a darle a Iñaki lo que quiere. Es la única forma que tiene mantener a Iñaki a raya.