El tsunami Del Burgo está teniendo muchos daños colaterales. La revelación de que Letizia puso los cuernos durante 2 años a Felipe con su cuñado está causando muchas víctimas: los tres jaimes. En 24 horas han echado de sus trabajos a dos figuras decisivas: Jaime Peñafiel despedido de El Mundo y Jaime Alfonsín, cesado como jefe de la Casa Real. Felipe y Letizia van moviendo hilos para enderezar su momento más bajo desde que son reyes. El tercer Jaime, Del Burgo, sigue siendo tratado como un apestado, silenciado y censurado por la inmensa mayoría de medios de España pero conserva muchas pruebas, balas en la recámara que piensa disparar. Por ejemplo en forma de conversaciones privadas con Felipe. Este panorama es el que tendrá que gestionar el nueva jefe de la Casa, Camilo Villarino.
Otro de los efectos colaterales de la relación adúltera de Letizia y su amante es que se ha removido todo el pasado de la reina y sus secretos: su primer marido, su divorcio, su aborto, sus amantes... Y el episodio más doloroso, delicado e íntimo: el suicidio de su hermana Erika. Peñafiel es despedido con la excusa, precisamente, de especular sobre las causas de aquella muerte. Los únicos que pueden hablar con legitimidad y con veracidad de ella son los familiares de Erika. Lo hizo David Rocasolano, primo de la difunta, en el libro Adiós princesa. EN Blau recupera un fragmento de aquella biografía de Letizia donde se explica que la muerte de Erika hizo enloquecer a la madre y la hermana mayor de la difunta, Paloma Rocasolano y Letizia. el primo narra con detalle el gesto maquiavélico, indigno e ilegal que maquinaron madre e hija. Las deja en muy mal lugar. Tiene que ver con la hija de Erika, Carla Vigo que entonces tenía 6 años, y su padre, Antonio Vigo, el escultor que fue pareja de Erika hasta un año y medio antes de morir.
EN Blau ya ha explicado que Antonio Vigo se enfrentó con el rey Juan Carlos en la iglesia durante el funeral de Erika gritándole "¡Tú tienes la culpa hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado!". Meses después de aquel episodio, Antonio Vigo, que se hizo cargo en solitario de su hija Carla huérfana de madre, llamó alarmado a David, el primo y abogado. Antonio Vigo: "Letizia y Paloma me han pedido que suscriba un régimen de visitas regulado de mi hija Carla. Me quieren quitar a la niña. Quieren la custodia para ellas". Cualquier abogado sabe que la pretensión de la abuela y la tía de Carla Vigo era una aberración, una indignidad y una repugnante intromisión en el padre de la niña. Nadie puede quitar la custodia ni la patria potestad a un padre excepto un juez y solo en caso de que el padre sea un delincuente, un pederasta, un drogadicto o un maltratador. No era el caso.
Paloma Rocasolano, cruz al cuello, de negro Bernarda Alba en los últimos premios en Oviedo de la otra nieta, Leonor. Quiso quitarle a su exyerno, un escultor de mala muerte, a su nieta Carla con la connivencia de la princesa y futura reina, Letizia, presionándolo en nombre de Casa Real. El primo le advirtió que no le podían quitar a la niña: "Amenázalas, coño". Los Ortiz Rocasolano son como los Borbones Grecia: un drama. El episodio demuestra que el suicidio de Erika dejó a mucha gente tocada: Letizia, Telma, Carla, Antonio Vigo, el padre de la muerta Jesús Ortiz... y sobre todo a una persona, una madre que perdió a su hija pequeña: Paloma Rocasolano.