Paloma Rocasolano, madre de la reina Letizia, fue durante años una figura clave en el entorno de Zarzuela. Su presencia en el palacio, con habitaciones propias y acceso total a los servicios, la había convertido en una parte fundamental de la vida cotidiana de la familia real, especialmente durante la infancia de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Felipe VI aceptaba con naturalidad esta cercanía, y la relación con su suegra se mantuvo sólida a lo largo del tiempo, incluso permitiendo que Paloma tuviera un rol importante en la crianza de sus hijas.
Sin embargo, los tiempos han cambiado, y los Ortiz Rocasolano han sido arrastrados por la tormenta de los escándalos que han sacudido a la Casa Real. La aparente estabilidad se rompió cuando las revelaciones sobre supuestas infidelidades de Letizia, expuestas por Jaime del Burgo, salieron a la luz. Este escándalo afectó no solo la imagen pública de la reina, sino también su posición dentro de la familia Borbón. Desde entonces, la presencia de Letizia en los actos oficiales ha disminuido notablemente, y la atención se ha centrado en Felipe VI y en la joven Leonor, quien está destinada a ser la futura reina de España.
Casa Real aparta a la reina Letizia del primer plano
Un buen ejemplo lo hemos visto el pasado fin de semana. Mientras Letizia estaba en París, representando a la casa real en los Juegos Paralímpicos de París, Felipe se dejaba ver con sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, y también con su madre, la reina emérita Sofía, en la boda de Victoria López-Quesada, ahijada del rey Felipe VI, y Enrique Moreno de la Cova Ybarra. Incluso posaron juntos en una foto como una familia feliz. Una familia feliz sin Letizia.
Este distanciamiento no solo ha afectado a Letizia, sino también a su madre, quien se ha visto directamente impactada por la nueva dinámica en Zarzuela. Lo que antes era una relación de confianza y cercanía con el rey, ahora se ha convertido en una brecha insalvable. Felipe VI, tras los escándalos y la polémica relacionados con Letizia, ha comenzado a cuestionar el rol de su suegra dentro del palacio.
Paloma Rocasolano, daño colateral del alejamiento de la reina Letizia
Como consecuencia, Paloma Rocasolano ha visto cómo todos los privilegios de los que disfrutaba en Zarzuela se han desvanecido. Las visitas que antes eran frecuentes y sin restricciones ahora están sometidas a un control riguroso. El acceso a los servicios del palacio, como la cocina y la lavandería, ha sido cortado, marcando un cambio profundo en su situación. La relación de confianza que tenía con el rey se ha erosionado, y la familia Ortiz Rocasolano, una vez integrada en la vida diaria del palacio, ha sido relegada a un segundo plano.
Así, Paloma Rocasolano se ha convertido en un daño colateral del destierro de Letizia de la familia Borbón. La influencia y el protagonismo que alguna vez tuvo han desaparecido, y su acceso a los privilegios en el palacio se ha terminado.