Paloma Rocasolano se percibe a sí misma como superior debido a su conexión con la Casa Real. En su libro ‘Adiós, Princesa’, David Rocasolano revela detalles que le costaron disputas familiares y el rechazo de Letizia. La familia Ortiz Rocasolano era de origen muy humilde, tan precaria que ni siquiera podían permitirse encender el brasero. David recuerda visitar la casa de Jesús y Paloma, encontrándose con sus primas envueltas en mantas y calcetines gruesos debido al intenso frío. Rara vez se quedaba a comer, pues casi siempre había acelgas en el menú. Según él, los padres de Letizia aparentaban ofrecerle todo, aunque carecían de recursos económicos.
David Rocasolano menciona en su libro que sus primas tenían los labios morados y se abrigaban con varias capas de ropa porque la casa no tenía calefacción adecuada ni suficientes alimentos. De hecho, David apodó a ese hogar “la casa de las acelgas”, ya que se desayunaba, comía y cenaba este vegetal, lo cual explicaba su delgadez. En el pueblo, esta familia llegó a ser conocida como “los acelgas”.
Recuerda también imágenes de Paloma Rocasolano en la playa con sus padres, pasando las vacaciones de verano en Benidorm. Solía levantarse temprano, y a las siete de la mañana ya estaba en la orilla con todo el equipo playero para asegurar su lugar. Esta es una imagen muy representativa de la época y aún se puede ver en ciudades como Benidorm.
La Paloma Rocasolano de hoy en día es una persona completamente distinta a la de aquellos tiempos. Actualmente, frecuenta restaurantes con estrellas Michelin, pasea por la Milla de Oro en Madrid, se somete a tratamientos estéticos de alta gama y ha dejado atrás su pequeño ático de 37 metros cuadrados en el centro de Madrid. Su vida está llena de viajes, tanto con Letizia y sus nietas como con Marcus Brandler, un hombre muy culto. El año pasado, visitaron los Emiratos Árabes Unidos. Ahora, Paloma vive una vida de lujo, en parte gracias a su pensión de enfermera jubilada y, especialmente, por ser madre de la Reina de España. Ella se enorgullece abiertamente de esta relación, lo cual le facilita obtener ciertos beneficios, como evitar multas o gastos.
Paloma Rocasolano consigue sus objetivos como madre de la reina
Jaime Peñafiel, en su libro ‘Los silencios de Letizia’, destaca cómo Paloma usa su relación con la reina para evitar problemas. "Soy la madre de Letizia", decía para esquivar multas, aunque esto provocó el enojo de su hija, quien ya no le permite usar esa frase. En este capítulo, Peñafiel también rememora un incidente en el que Paloma fue expulsada de un examen de historia por copiar y dijo: "No me podéis hacer nada porque soy la madre de Letizia". No se sabe si la reina ha perdonado a su madre por estos incidentes.
Lo mismo se conoce que hace en los restaurantes de Madrid, o en las tiendas de ropa de lujo. Aprovecha siempre esa condición para salirse con algún beneficio. Nunca acepta que le digan que no hay mesa, para ella siempre tiene que haber un hueco. Es Paloma Rocasolano. Los que la conocen antes y ahora aseguran que se ha crecido demasiado y ya no tiene nada que ver con aquella enfermera tan humilde y cercana.