La calle Conde de Aranda, ubicada entre las emblemáticas Goya y Alcalá, se ha transformado en un auténtico foco de lujo y exclusividad en Madrid. Este tramo, conocido como "la calle de las nuevas ricas", alberga tiendas boutique y negocios de diseño que atraen a un público selecto. Entre sus clientas más asiduas destaca Paloma Rocasolano, la madre de la reina Letizia, quien en una sola tarde puede gastar cantidades asombrosas, como los 6.000 euros que dejó en compras durante su última visita.
En esta zona de la capital, las tiendas no son solo espacios comerciales; son también puntos de encuentro social y escaparates de lo más exclusivo del diseño español e internacional. Conde de Aranda, con un alquiler medio de 5.000 euros al mes por 40 metros cuadrados, no es apta para cualquier negocio. Aquí predominan las marcas de moda, complementos y decoración, algunas lideradas por emprendedoras de élite que han apostado por el comercio responsable y productos únicos.
Paloma Rocasolano, de sindicalista a clienta habitual de las tiendas de más lujo de Madrid
En este entorno, Paloma Rocasolano ha pasado de ser una figura discreta y comprometida con causas sociales a convertirse en un icono del consumo de lujo. Su transformación refleja el cambio que ha experimentado su vida tras la ascensión de su hija al trono. Antes conocida por su perfil sindicalista, hoy Paloma frecuenta tiendas como Malababa, donde los productos artesanales y la calidad son el estándar, y otras boutiques de renombre que adornan este exclusivo tramo de asfalto.
El contraste entre su pasado y su presente no pasa desapercibido. Rocasolano, quien abogaba por la causa obrera, ahora es una visitante frecuente de Christian Louboutin y otras firmas de alta gama, dejando en evidencia el giro radical que ha tomado su estilo de vida. En su última incursión, gastó 6.000 euros en menos de una hora, lo que incluye ropa, accesorios y productos de belleza de lujo, que compró como regalos para Reyes.
No obstante, el cambio de Paloma Rocasolano no ha estado exento de polémica. Algunas fuentes aseguran que, en ciertas ocasiones, se ha aprovechado de su estatus para dejar cuentas pendientes en las tiendas. Esto ha generado quejas que incluso han llegado a Zarzuela por parte de negocios que reclaman lo que Paloma ha dejado a deber.