Paloma Rocasolano, la madre de la reina Letizia, ha experimentado una vida llena de transformaciones y experiencias únicas. Desde sus días de juventud haciendo nudismo en las calas de Lloret de Mar hasta los baños sin ropa en alta mar en lujosos yates, su trayectoria refleja una notable evolución personal.

La vida de Paloma cambió drásticamente cuando su hija Letizia conoció a Felipe VI en una cena organizada por Pedro Erquicia. De esa velada surgió un amor que pronto se hizo público, culminando en su matrimonio en 2004 y la coronación como princesa de Asturias. Aunque su papel en la familia real siempre ha sido discreto, Paloma ha sido una figura constante en la vida de sus nietas, Leonor y Sofía, brindándoles cuidado y apoyo desde pequeñas.

Paloma Rocasolano entierra en el pasado sus veranos en Benidorm

Jubilada después de una larga carrera como enfermera, Paloma ahora disfruta de una vida más relajada y próspera como millonaria. Y así son sus veranos. Lejos quedaron los días de cargar la nevera y las sombrillas para los veraneos familiares en la playa de Benidorm.

Paloma rocasolano portada
Paloma rocasolano portada

Si bien antes era vista frecuentando las playas de Benidorm, ahora, a sus 71 años, prefiere destinos más exóticos y exclusivos. A veces junto a Felipe y Letizia y otras veces con su pareja, Marcus Brandler, ha explorado lugares paradisíacos como las Maldivas, donde el sol dorado ha bronceado su piel en el mar abierto. Se pasea por esas aguas cristalinas en lujosos yates.

Paloma Rocasolano cambia el nudismo en calas de la Costa Brava por hacerlo en alta mar

Un lugar en el que le vienen a la mente los recuerdos de juventud en las playas nudistas de la Costa Brava. Como su hija Letizia, quien también disfrutó de la libertad de los campings costeros, se  cuenta que Paloma fue una asidua de lugares como Lloret de Mar y Sant Pol, donde el nudismo era común y liberador.

Hoy en día, en los lujosos yates, nos cuentan que Paloma revive esos momentos de libertad al bañarse sin ropa en alta mar. Esta práctica, que en su juventud era discreta y personal, ahora se convierte en una expresión de su independencia y satisfacción personal.