"El 'paparazzo' de la familia real, una especie mallorquina en vías de extinción", dicen en Vanitatis. Y es que los reyes y sus hijas parece que se han largado por patas de Palma, corre corre que te vas, con prisas y sin regalar a los monárquicos y a los reporteros fotográficos desplazados a la isla la tradicional foto con el posado veraniego, como años atrás sí han hecho. Ser paparazzi ahora en ses illes no es tan productivo como antes, dicen, "hasta hace no mucho, las apariciones de la familia real en la isla balear eran casi una garantía de venta y rédito económico. Ahora, eso es algo casi utópico".
Este año hemos visto a la familia real de tiendas bajo la solana, con la emérita sufriendo de mala manera, o yendo a cenar. Nada del otro mundo. Mucho más interesante para los fotógrafos sería que se marcharan de Palma y se fueran a la costa murciana. Concretamente, a una zona determinada. ¿Por qué? Porque hacia allí se ha ido a vivir ni más ni menos que Paloma Rocasolano, la madre de la reina. La abuela de Leonor y Sofía se ha mudado a Los Belones, una localidad de Cartagena situada entre el campo y la playa, cerca del Cabo de Palos (donde la princesa ha estado unos días de vacaciones con compañeros cadetes de la academia de Zaragoza), siguiendo a su pareja, Marcus Brandler, que trabaja allí.
La pareja busca la tranquilidad que no tienen en Madrid, y por eso han ido a una zona donde van muchos madrileños, sin embargo, de vacaciones. Cerca de ellos hay una zona muy cotizada por la jet set murciana, llena de lujos, pero en Egos de La Razón, revelan que Rocasolano se ha decantado allí por una "vida llana del pueblo y se han mimetizado entre los vecinos oriundos". ¿De qué manera?: "Paloma hace la compra en la carnicería local y se arregla el pelo en el salón de belleza que comparte con otras señoras populares muy alejadas de las regias élites con la que está tan familiarizada". No solo eso, sino que la suegra de Felipe ha encontrado allí un oasis de paz, disfrutando, ahora que hace calor, de "refrescantes baños en las cristalinas aguas de alguna de las muchas calas que conforman el Parque Regional de Calblanque, con su diversidad biológica y la presencia de numerosos endemismos botánicos".
Y otra particularidad de las calas donde se baña la madre de Letizia: "las vastas playas que bañan este paraíso son salvajes y alejadas de la civilización, por lo que muchos de sus visitantes optan por desprenderse de sus trajes de baño y practicar el nudismo, permitido pero no obligatorio, por lo que Rocasolano puede sentirse libre de pasar su jornada marítima como más cómoda se sienta". Una imagen, la de la madre de la reina, como Dios la trajo al mundo, haciendo nudismo en una calita de Murcia, que si se llega a hacer pública, en caso de que lo la haga, seguro que sería motivo de dolor de cabeza para la asturiana, que no la hemos visto casi ni en bikini en un barco.