Paloma Rocasolano emergió en este mundo enraizado en la sencillez de una familia modesta, ajena a los lujos y con la perspectiva de un destino que nadie podría haber anticipado: convertirse eventualmente en la progenitora de la soberana de España. La transformación de su existencia se gestó gracias a Letizia, la célebre periodista de TVE que, enamorada del príncipe, acabó contrayendo matrimonio con él y formando una familia. El escrutinio constante de las cámaras sobre la consuegra de Juan Carlos y Sofía alteró radicalmente la vida de la ahora jubilada enfermera, divergiendo enormemente de la realidad que conocía. En el pasado, portadas la mostraban en traje de baño, exhibiendo una figura envidiable, descendiendo a la playa con parasoles, sillas plegables y una nevera repleta de bebidas y bocadillos.

Paloma Rocasolano GTRES

Aquella Paloma Rocasolano es ahora un eco distante. En la actualidad, se desenvuelve con naturalidad por la Milla de Oro de Madrid, ubicada en el opulento barrio de Salamanca. Se codea con la alta sociedad en los restaurantes de moda de la capital y frecuenta las boutiques más exclusivas, no escatimando en tratamientos estéticos que buscan rejuvenecer su piel.

Las comodidades y privilegios que disfruta Paloma Rocasolano derivan en gran medida de su conexión filial con la realeza. No solo se jacta de ser la madre de la reina de España, sino que también acompaña a Letizia en eventos donde puede sacar provecho de la situación.

"Soy la madre de la reina", dice siempre Paloma Rocasolano 

Cada quince días, Letizia asiste al showroom organizado por Carolina Herrera en Madrid, situado en la calle Claudio Coello. En este evento, Paloma Rocasolano siempre está a su lado, marcando con entusiasmo este día en su calendario y despejando su agenda para aprovechar la oportunidad de obtener ropa de manera totalmente gratuita. La conocida escritora Pilar Eyre, en su columna en Lecturas, relata cómo madre e hija arrasan con la selección de prendas presentadas por el personal de la tienda, que ya está familiarizado con sus gustos. Se les ofrece un catálogo de prendas cuidadosamente seleccionadas, principalmente de talla 36, la más pequeña disponible. La colaboración activa de Paloma en la elección de prendas refuerza aún más esta dinámica, llevándose ambas sus preferencias.

Paloma Rocasolano premios princesa

El guardarropa de Paloma Rocasolano se erige como uno de los más distinguidos, repleto de marcas de renombre y elevado costo. La jubilada comparte las mismas firmas de moda que su hija, contando además con el asesoramiento de un estilista que maximiza su potencial estético.

Paloma Rocasolano siempre se aprovecha de su apellido para no pagar ni un euro. “Soy la madre de la reina”, dice siempre que entra a comprar a alguna tienda para recibir un mejor trato y si puede ser llevarse algún objeto. La conocen demasiado bien y en algunos sitios tiene ya prohibido el acceso.