Paloma Rocasolano y la reina Sofía son dos mujeres completamente distintas, dos polos opuestos. De hecho, su relación no es la mejor, pero en el caso de ambas por un ataque de celos. Cuando Letizia irrumpió en Zarzuela, priorizó a su madre, como cualquier hija, en el cuidado de Leonor y Sofía. Las visitas de la madre de la princesa se volvieron habituales, prácticamente diarias. Eso molestaba a la emérita, aunque ni tan siquiera se tenía que cruzar con ella porque se dirigía con el coche al pabellón del príncipe, la casa de Felipe y su mujer, a un kilómetro de distancia del palacio donde vive su suegra.
La reina Sofía siempre ha contado a su círculo más íntimo que apenas ha podido disfrutar de Leonor y Sofía. Era Paloma Rocasolano quien se encargaba de su crianza cuando sus padres tenían que atender compromisos institucionales o viajes. A la emérita le molestaba que viniese la ex de Jesús Ortiz del centro de Madrid y ella no pudiese quedarse con las niñas viviendo a tan solo un kilómetro en el mismo recinto, pudiendo ir incluso andando en unos diez minutos. Ahí empezó la mala relación entre suegras.
A Sofía no le ha quedado más remedio que aguantar a Paloma Rocasolano si no quería quedarse sola. La enfermera jubilada aparecía en todos los actos institucionales relacionados con su hija o sus nietas, pero también en actos de carácter privado. Lógicamente, no faltaba en las cenas navideñas, Letizia no iba a permitir que su madre se quedase sola, años atrás no tenía pareja, fue en 2021 cuando conoció a Marcus Brandler.
Paloma Rocasolano no saluda a la reina Sofía, se salta el protocolo
A la emérita nunca le ha caído bien Paloma porque son de dos mundos completamente opuestos, y por mucho que la madre de Letizia haga esfuerzos por cambiar y se cree una persona muy importante, realmente no lo es. Sofía prioriza las jerarquías, y Rocasolano se las salta a la tolera. Ella siempre quiere que la saluden con una reverencia y ser la primera persona, ya que así mandaría la jerarquía real. Están obligados sus hijos y sus nietos. Paloma Rocasolano siempre se ha negado a ser una reverencia ante la emérita, y menos ahora que su hija es la reina, ellas no se saludan así.
La reina Sofía no perdona a Paloma Rocasolano. La ha hecho sentir una persona de segunda en su propia familia. Se volvieron a cruzar en Nochebuena pero ni tan siquiera se dignó a desearle unas buenas fiestas, ni a ella ni a la tía Pecu.