Paloma Rocasolano se marchó a vivir a Murcia de forma temporal por compromisos profesionales de Marcus Brandler. Siempre ha hecho lo mismo por amor. Ya abandonó Asturias hace cuarenta décadas por amor a Jesús Ortiz y a su desarrollo profesional, sacrificando su carrera de enfermera y su vida en Oviedo. Ahora, ya jubilada, piensa más en los compromisos del empresario alemán que en ella misma. Ha dejado a sus hijas y sus nietas en Madrid. Es cierto que las echa mucho de menos, pero también reconoce que se convirtió en una suegra incómoda para Felipe VI.
Igual que Letizia rompió relaciones con los Borbón y los alejó de la corona para proteger a Leonor, Felipe VI se ha cansado de los Ortiz Rocasolano, y tampoco tiene relación con ellos. Paloma Rocasolano había sido siempre muy importante en la vida de la reina. Se convirtió en su hombro donde llorar cuando vinieron los problemas.
Letizia es una mujer muy ambiciosa, y las personas que la conocían bien sabían que llegaría muy lejos, aunque jamás se imaginaron que sería la actual reina de España. Jesús Ortiz no aprobó la relación de su hija con el entonces príncipe, estaba en contra de los valores de la monarquía. Sin embargo, a Paloma Rocasolano le hizo mucha ilusión. Iba a dar mucha envidia entre sus amigas. Sería la madre de la reina de España, algo que ha utilizado en numerosas ocasiones para conseguir grandes lujos.
Felipe VI ha alejado a Paloma Rocasolano de su vida
La reina defendía mucho a su madre y durante muchos años ha vivido prácticamente en Zarzuela. Ella era quién cuidó a Leonor y Sofía cuando sus padres tenían que atender compromisos institucionales. La emérita Sofía todavía era reina y no podía hacerse cargo de sus nietas a pesar de vivir a un kilómetro de distancia. La madre de Letizia se quedó largas temporadas viviendo en el Pabellón del Príncipe con su hija y sus nietas. También estuvo con ellos durante el confinamiento, en aquella época aún estaba soltera.
Felipe VI se hartó de la suegra y alejó a los Ortiz Rocasolano de la familia. Ahora están en igualdad de condiciones. Leonor y Sofía no ven a su familia paterna, pero tampoco a la materna. Paloma Rocasolano siempre ha tenido mucha influencia en sus nietas, pero también en Letizia. Cuando madre e hija se juntaban eran un peligro. Dos personas frías y calculadoras, demasiado controladoras.