Paloma Rocasolano se ha convertido en un pilar fundamental para Letizia. A diferencia de la familia de Felipe, la suya no le ha cerrado las puertas. La presencia de la reina Sofía ha quedado relegada a un segundo y tercer plano, mientras que la enfermera jubilada asiste discretamente a todas las celebraciones, evitando la atención de los medios. Aunque prefieren mantener un perfil bajo en la prensa, Paloma es la abuela más cercana y apreciada por Leonor y Sofía, ya que se encargó de cuidarlas durante su infancia, incluso cuando la mujer de Juan Carlos estaba cerca físicamente. En contraste, la otra abuela tenía compromisos institucionales que atender, como expresó la emérita en una ocasión al ser cuestionada por su relación limitada con la princesa y la infanta. La mayoría de las veces que son fotografiadas juntas es durante eventos oficiales de la Casa Real, donde todos muestran su mejor semblante.
La vida de Paloma Rocasolano ha experimentado un cambio drástico de la noche a la mañana. A diferencia de Juan Carlos y Sofía, la sindicalista celebró la relación entre Felipe y Letizia, consciente de que ello significaba una mejora para la vida de su hija y de toda la familia. Los veranos en la playa con sombrillas, neveras repletas de bocadillos y sillas plegables han quedado atrás. Ahora, se abre paso una nueva vida llena de lujos.
Paloma Rocasolano dio un giro de 180 grados a su vida cuando Letizia heredó el trono tras la abdicación de Juan Carlos. Su nombre estaba en el foco mediático y debía vigilar su comportamiento. Está muy orgullosa de su hija y sus dos nietas, y hace uso de ello, igual que Victoria Federica y Froilán.
Paloma Rocasolano, nueva diva en Madrid
La madre de Telma Ortiz y Letizia frecuenta las tiendas más exclusivas del barrio de Salamanca, así como los restaurantes de moda de la capital, donde van todas las estrellas. Y es que ella se cree toda una diva. Ni tan siquiera reserva, se presenta en el restaurante y aunque esté completo pide su mesa porque es la madre de la reina. Hay muchas personas que están hartos de su comportamiento altivo. Si se pregunta por Paloma Rocasolano en algunos restaurantes tiene muy mala fama, solo esperan no encontrársela. No es bienvenida.