Es curioso lo que pasa en las españas con muchas personas, que cuando tienen en frente a algún miembro de la familia real, es como si hubieran vivido una aparición mariana, como si se les hubiera plantado delante el espíritu santo o como si hubieran visto la luz. España es un país de palmeros donde todo el mundo se llene la boca de borbonidad por mucho que los borbones hagan y deshagan a su antojo, por mucho que protagonicen escándalos o por mucho que se cachondeen de los ciudadanos. Spain is different, y son muchos los patrióticos monárquicos que se ponen de perfil cuando se trata de cantar las cuarenta a la Casa Real y en cambio, prefieren ir con la cabeza agachada, haciendo genuflexiones a su paso. No hay recepción oficial presidida por Felipe y Letizia que no esté llena de palmeros dispuestos a reírles las gracias a los monarcas españoles. Como pasó en la recepción y la comida en homenaje a los recientes premios Cervantes.
Juan del Val ya informó de la lamentable costumbre que se sigue en estos almuerzos donde los camareros retiran los platos de todo el mundo, hayas acabado o no de comer, justo en el momento en que Felipe acaba su plato. Así que ya saben, si van a una recepción de los reyes, espabilen a la hora de tragar. Pero en España todo el mundo se traga la decencia y el orgullo cuando se trata de perder el norte para saludar y hacer la rosca a los reyes. Este martes se estrenó una nueva temporada del programa La noche D en TVE, donde una de las invitadas fue la humorista despedida de Sálvame Paz Padilla, que reveló un pequeño incidente durante el saludo a los reyes de España previo a la comida de los Premios Cervantes.
La presentadora de televisión ha explicado que al acto llevó unos ejemplares de su reciente libro, El humor de mi vida, para regalar a Letizia y "las chicas de protocolo de la Casa Real". La autora, emocionada ante su posible lectora más ilustre: “Tengo aquí otro que creo que va a ser uno de los libros más especiales que he regalado. Le he puesto una dedicatoria y se lo quiero entregar a la reina Letizia. No sé si lo leerá, pero como es un libro de amor, como es un libro donde te ríes, y despierta las emociones y es un libro que han leído ya más de 300.000 personas yo creo que a ella le puede gustar y le puede venir bien”.
Hasta aquí, todo normal. El problema pasó cuando tocó hacer la habitual genuflexión delante de Felipe y su mujer. Según destaca el Huffington Post, Padilla nunca pensó que este acontecimiento podría estar "tan organizado", especialmente, el momento en que los invitados saludan al rey y la reina: “Cuando llegamos todos, nos pusieron en fila y había un señor que era el jefe de la Casa Real al que le ibas dando el papel con tu nombre”. Vaya, como quien pide tanda en la carnicería. Otra persona va anunciando el nombre de los asistentes, y cuando oyó su nombre, "Cuando dijo 'Paz Padilla, escritora' me dio mucha emoción". De tan emocionada como estaba, al llegar ante los anfitriones tuvo un pequeño problema: “Me habían enseñado cómo era, pero no me acordaba. Hay que hacer como una especie de zancadilla con el pie derecho. Sin embargo, me puse tan nerviosa que iba con el pie izquierdo y pensaba que lo envestía. Me decía lo embisto, lo embisto”.
Paz Padilla y los reyes pic.twitter.com/68Vj2VbeOi
— TVMASPI (@sebas_maspons) May 4, 2022
Hubiera sido curioso ver cómo Padilla se llevaba por delante al rey Felipe y hubieran acabado los dos por el suelo con la mirada alucinada de Letizia. Pero finalmente, fue uno más de los saludos retrógrados de toda la vida a los que estamos habituados en Palacio.