Si alguien se pensaba que con la fuga de Juan Carlos a los Emiratos Árabes se acabarían los escándalos con la Corona es que no conoce a los Borbones. Regularizaciones fiscales de Juan Carlos I, un dinero previamente defraudado a la Hacienda española, las vacunas antes de hora de las infantas Cristina y Elena justamente en los Emiratos Árabes... La poca vergüenza de esta familia no tiene límite.
Sólo hay una cosa que pueda competir con los escándalos en Zarzuela: la lista de amantes del rey emérito. La bragueta de Juan Carlos es la única que puede mirar de tú a tú a los ojos de la desfachatez de la Corona en temas financieros o morales. No hay día que pase que no añadamos a una nueva amante a la inacabable lista del campechano. Quien ha puesto encima de la mesa a alguien poco conocido ha sido nuevamente Jaime Peñafiel. El escritor acaba de publicar Los reyes también lloran. Y de lágrimas ha hablado en una entrevista para Vanitatis. ¿De cocodrilo? No. De Borbón. Aunque podrían ser lo mismo.
Revela el cronista cuál es la vez que el monarca más ha llorado en su vida. ¿Cuándo se fugó a los Emiratos Árabes? No. ¿Cuándo se han destapado sus escándalos financieros? Tampoco. ¿Cuándo alguna noche ha tenido que dormir con su mujer en lugar de alguna de sus amantes? Nanay... Explica Peñafiel que "El rey Juan Carlos nunca ha llorado más públicamente que cuando murió don Juan. El Rey, sin contención y la Reina apoyando la mano sobre el hombro de su marido. Es una de las pocas veces que se les ha visto unidos". No llegó a llorar tanto, pero se quedó muy mustio, en otra ocasión, esta sí, relacionada con sus pulsiones sexuales.
Hablando de algo que sale en el libro, las 47 cartas que le envió a Olghina de Robilant, "su primer amor serio. Y lo cierto es que no había contenido sexual de ningún tipo. Había las referencias a los cuplés de Sara Montiel y las letras de rancheras", el autor también sitúa el foco en otra pasión epistolar que no acabó bien. Una amante brasileña de quien se pilló de mala manera cuando él estaba enrolado como guardiamarina en el Juan Sebastián Elcano. Explica Peñafiel que "En una escala en Río de Janeiro conoce a esta chica de la que se enamora. A partir de ese momento, comienza a enviarle misivas que ella nunca contestó". Pobrecito Juancar. ¿Por qué no recibió respuesta? Por su amigui dictador: "Cuando muere Franco, le entregan al Rey un paquete con todas las cartas que nunca llegaron a su destino".
Quizás las tenía Franco. O quizás las quemó la reina Sofía.