De la animadversión de la Reina Letizia por Juan Carlos se han escrito ríos de tinta. Mucho de este caudal pertenece al cronista real más veterano, Jaime Peñafiel, declarado fan del emérito huido y vacunado en Abu Dhabi. El periodista las está pasando canutas para mantener su lealtad al Borbón sénior, pero a pesar de sus 88 años no desfallece. De vez en cuando acepta la derrota, pero se lo piensa dos veces y vuelve, atacando sin piedad a Felipe y, especialmente, a su compañera. En Peñafiel acaba de presentar su nuevo libro dedicado a Juanito, "Los reyes también lloran", y la ocasión "la pintan calva" para exhibir su devoción por el ídolo: en cada entrevista suelta torpedos contra el jefe del estado, mientras lanza salvavidas al emérito, que se ahoga de escándalo en escándalo.
Jaime se pone futbolero en 'El Mundo', y lanza pelotas fuera sobre los posibles delitos de Juan Carlos, comparándolo con estrellas del fútbol: Messi y Neymar. "Don Juan Carlos no ha cometido ningún delito fiscal como Messi o como Ronaldo o como Neymar. Aceptar donaciones no es uno delito. Aceptar comisiones tampoco lo es. Lo es no declararlo". La comparación es lastimosa, pero él lo ve absolutamente normal. Y como cada tres o cuatro meses el Borbón hace regularizaciones millonarias por sorpresa, a otra cosa, mariposa. El texto continúa con ataques ya conocidos a Felipe, por flojo y cruel con el padre, que el único pecado que ha cometido sería su gusto insaciable por las mujeres. No por la suya, claro, si no por el resto de la humanidad. "Las mujeres siempre han sido terriblemente perniciosas para los Borbones. Al menos Juan Carlos no tiene hijos fuera del matrimonio, como su abuelo. Pero la alemana es la que le ha hundido. Las fotos haciendo la barbacoa son demoledoras". Por si no queda suficientemente claro, roza el elogio: "Son genéticamente Borbones, no nos olvidemos. Y Juan Carlos es un Borbón genéticamente puro." No como su hijo, que tiene sangre griega y vive amenazado por la mala malísima según Peñafiel: "Felipe engaña a Letizia y ella lo capa, no le permitiría una infidelidad así". Ya sabemos, pues, quién manda en Zarzuela... y que teme perder Felipe si emulara a su padre.
El talón de Aquiles de la monarquía española, en la entrepierna.