La reina Letizia tiene unos cuantos detractores pero el más célebre no es ni independentista, ni republicano ni de izquierdas. Jaime Peñafiel es el más veterano de los cronistas reales y se permite columnas que destripan a Zarzuela. Más juancarlista que felipista, con quien no puede es con Letizia. "Plebeya" es lo más suave que le ha llamado pero en su última columna de El Mundo ha dado un paso más allá: ha desgranado todo lo que se ha hecho en la cara la reina, ahora que incluso su exmarido reconoce que cuando era su mujer era más guapa. Cuenta a los detalles de las intervenciones quirúrgicas de la mujer del jefe del Estado: "Al parecer, Letizia se ha puesto todo un muestrario de rejuvenecimiento: toxina botulínica en el ceño y en la cola de las cejas, ácido hialurónico en mentón, pómulos y frente, y relleno en los labios. También se le han implantado hilos tensores. Tanto tratamiento llega a inmovilizar ciertos músculos de la cara". Eso explicaría su poca expresividad facial.
Peñafiel hace de Peñafiel y se dirige directamente a Letizia como si le hablara a M.Teresa Campos "Querida Letizia, lo del Bótox es como el comer y el rascar: todo es empezar". Y lo más osado todavía, acusa al rey Felipe VI de permitir este desenfreno quirúrgico:"No entiendo que, siendo una persona tan seria, permita a su esposa la frivolidad de someterse continuamente a visibles retoques faciales que la están transformando físicamente. Nada que ver la mujer de hoy con la de ayer. Y si ya no es la misma, si ya no se parece ni a su sombra, la pregunta es obligada: ¿Por qué sigue tan enamorado, si es que lo está?¿Cómo puede admirar tal cosa tan artificial, tan irreal, la más chiripitifláutica?". Para los que tienen menos de 50 años, los Chiripitifláuticos eran unos personajes infantiles de TVE en blanco y negro absurdos y desfasados con ojos de ahora.
Acaba la parte sobre el nuevo físico de Letizia fulminando a la reina de España con una frase que la perseguirá"Hoy no tiene nada que ver con la presentadora del Telediario de la que se enamoró el entonces príncipe Felipe, que hoy convive con una Barbie". Felipe sería en este símil malicioso el rubito Ken, pero Peñafiel no osa decir tanto. Guarda más para la pareja real y escribe sobre el célebre Javier López Madrid, sospechoso en todos los sumarios de corrupción del PP: las tarjetas black, Lezo, Gürtel. Es el famoso compi yogui, el amigo íntimo de la reina con quien hacían yoga en casa de López Madrid en la urbanización de lujo Puerta de Hierro. Peñafiel aporta más información del personaje que iba así camino de la Audiencia Nacional:
Cuando el individuo empezaba a aparecer en sumarios de corrupción Letizia le envió este mensaje: “Te escribí cuando salió el articulo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC (El suplement d'El Mundo on escriu Peñafiel). Ya sabes lo que pienso, Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás merde. Un beso compi yogui. I miss you”. Otra frase que perseguirá a Letizia, más incriminatoria que el "Déjame terminar" con que hizo callar a Felipe. Peñafiel la transcribe y añade que en la mansión donde Letiza hacía yoga, años antes era el nido de amor de Felipe y sus conquistas ( vulgarmente "el picadero"). Escribe " "Por ella pasaron, en su día, la novia noruega, Eva Sannum, y la norteamericana Gigi Howard. Por supuesto, Isabel Sartorius, primer amor del Príncipe. En todos los casos Javier actuó como cómplice, dando cobijo a las novias de su amigo". La novia noruega durmió con Felipe bajo el mismo techo donde Letizia hacía yoga. Diferentes contorsionismos.
Peñafiel acaba recordando que el tal López Madrid entregó sobornos al PP quedándose una parte del dinero del la mordida que pagaba su suegro, el dueño de la constructora OHL, Villar Mir. De los 400 mil €, sólo llegaron al PP la mitad, los otros 200 mil se los repartieron Granados, capo de la Púnica, y el compi yogui de Letizia. Los complementos de Barbie serían "el amigo chorizo" y Ken, "el marido consentidor".