Este domingo Letizia está de mal humor, su agenda de la semana que viene solo tiene un acto oficial pero es de peso: una visita de Estado a Holanda. Son los actos más solemnes de los reyes, recibos con todos los honores. Fuera de España se contempla la monarquía española con más condescendencia. No ven la trampa que se esconde tras las diademas, los vestidos y las princesas rubias de ojos azules. De entre todos los viajes oficiales de los reyes, los más especiales son a monarquías europeas. En la Unión Europea solo quedan reyes en los países nórdicos. Felipe y Letizia se encuentran en su club privado y selecto entre iguales. Pero esta semana Letizia visita el peor lugar porque la reina consorte allí es su máxima antagonista: Máxima de Holanda. La mujer de Guillermo, argentina de nacimiento, plebeya e hija de un político de la dictadura, ha conseguido superar todas las dudas que despertó su matrimonio. Es la reina perfecta, siempre sonriendo, desenvuelta, próxima, no ha protagonizado ningún escándalo de cuernos y da la imagen de una reina que disfruta de su trabajo, consciente de ser una privilegiada. Exactamente lo contrario que Letizia.
Las dos reinas se volverán a encontrar en Amsterdam tres días seguidos, de martes a jueves, y las comparaciones volverán a atormentar a Letizia, que ya viene con las alas cargadas de plomo por el caso Del Burgo. Habrá que añadir un detalle que en España no es menor, es en el mes de abril. A Letizia también le trae malos recuerdos abril porque cada año Andalucía en particular y los monárquicos en general le reprochan que en 20 años Letizia nunca haya ni visitado la Feria de Abril de Sevilla ni se haya vestido nunca de flamenca. Máxima de Holanda sí que lo ha hecho. Esta foto persigue a Letizia como un fantasma:
Toda la Familia Real holandesa vestida de flamencas en Sevilla, con Guillermo de traje claro para dejar todo el protagonismo a la reina y las tres hijas. Andalucía imaginó una postal similar con Letizia, Leonor y Sofía vestidas de flamencas visitando las casetas de la Feria pero este año ha vuelto a sufrir la decepción: Letizia no lo quiere. Es tan grave la ofensa para los monárquicos, lo ven un gesto tan antiespañol, que el programa Socialité de Telecinco ha tenido que recurrir a sus fuentes en Casa Real para conocer el motivo oficial de la negativa de Letizia a vestirse de andaluza. Y la razón suena a excusa.
Felipe tuvo el gesto de ponerse a tocar el cajón, un instrumento muy flamenco pero Letizia no hizo ni un guiño a los vestidos de lunares en la visita a Sevilla paseando por los lugares turísticos. La explicación es que no quiere tener que vestirse con todos los vestidos regionales de cada territorio que visite por fiestas. No quiere aparecer como una Barbie temática ni provocar un agravio comparativo con el resto de fiestas de larga tradición en España. Letizia ha entendido que si un día se deja convencer para vestir de flamenca, después se tendrá que poner el traje típico regional de otras fiestas, ir por ejemplo de fallera a Valencia o con el típico vestido de campesina en las Baleares. Letizia se niega. Telecinco: "Ellos no quieren señalar por favoritismo en ninguna comunidad en conceto". Suena a excusa y allí está la reina Sofía para destruir la estrategia de Letizia, portada de Hola cuando era reina, vestida de flamenca Feria:
Sofía, como Máxima, entendió una cosa evidente, en España vestirse de flamenca no es una particularidad andaluza, es como vestirse de española. En ausencia de un traje oficial folclórico español, este es lo que se ha adoptado en el imaginario de los monárquicos y la España conservadora. Por eso Sofía no se ha vestido nunca de heredera catalana pero sí de flamenca. Letizia no lo quiere entender, o quiere imponer una nueva visión del papel de reina. El problema es que los que la critican son los monárquicos, los suyos. Queda la carta Leonor, que ya ha salido vistiéndose con todos los uniformes castrenses, y quizás romperá la tendencia y volverá a la tradición, vestida de gitana con clavel a la mano sobre una carroza de caballos.