Hay mucha gente, encantados de llenarse la boca de Borbonismo, españolazos y orgullosos monárquicos, que tienen como objetivo contentar a los reyes, reírles las gracias, encajar su mano, hacerse una foto con ellos o que ellos tengan algún recuerdo suyo. En Zarzuela debe haber habitaciones y más habitaciones donde se reúnen decenas, centenares, miles de pongos que les han regalado a los reyes en sus visitas a pueblos, a actos institucionales o a diferentes países. La lista de regalos que reciben Felipe, Letizia y su familia es interminable. Sin contar las creaciones artísticas, que merecen capítulo aparte. Las manualidades de los niños y niñas españoles nada adoctrinados, sobre ¿Qué es un rey para ti? o diferentes cuadros que son un cuadro, y nunca mejor dicho, retratos de artistas anónimos que les han enviado a la parejita para que los cuelguen en palacio y que críen polvo en algún rincón.
También tenemos la derivada musical. Canciones que les dedican a los Borbones en general o, como en este caso, a Felipe y Letizia en particular. Hay a quien condenan a prisión, como a Valtònyc. Hay quien se ríe de todo quisqui, como Albert Pla y alguna letra maravillosa sobre los reyes, y también hay quien les hace masajes en forma de canción para que los reyes estén contentos y jijijaja, y quién sabe si ponen estos temas como hilo musical cuándo vas a Zarzuela y te hacen esperar. El caso es que ahora hemos sabido de una canción que les dedicaron hace tiempo a los entonces príncipes, justo después de que se encendiera la llama de su amor y el Borbón y la periodista asturiana se enamoraron después de que él quedara cautivado cuando la veía dando las noticias en el Telediario de TVE.
En aquella época donde Felipe se quedó hipnotizado al poner La 1 y salió ella. Ahora, pasados veinte años, Felipe y Letizia, ya marido y mujer, ya reyes, han estado en Cádiz entregando unos premios, las Medallas de Bellas Artes en el Palacio de Congresos de la ciudad andaluza. Allí se han encontrado con Ana Belén y Víctor Manuel, con Paz Padilla, con Carme Elías, con Santiago Auserón o con fans que le han regalado un abanico de color rosa a la reina.
Allí, rodeados de actores y músicos, Letizia se ha interesado por cómo se hace un buen vestido flamenco de faraláes. Y Felipe, mientras tanto, no cabía por la puerta cuando muchos de los asistentes le han recordado su habilidad tocando el cajón, como le hemos visto en alguna otra ocasión, como por ejemplo en el teatro Falla el 28 de marzo del año pasado. Pero el rey ha tenido otra conversación musical que lo ha llenado de orgullo y honda satisfacción, como diría su padre. Y es que como apunta Vanitatis, otra de las anécdotas se ha vivido gracias al grupo 'No me pises que llevo chanclas', que fueron en calidad de invitados. ¿Recuerdan su nombre? El grupo de Los Palacios (de donde es el Gavi del Barça) formado a mitad de los 80, que con su agropop tuvieron cierto éxito con canciones como El canario, ¿Y tú de quién eres? y tantas otras.
Con ellos Felipe recordó el concierto de la Expo '92 y cuando Felipe estuvo desde la terraza del pabellón de España. Y con su líder y cantante, Pepe Begines, habló de un tema que compuso en solitario, una vez decidió probar la aventura de cantar sin el grupo. En el año 2005, producido por Kiko Veneno, grabó un disco en solitario, 'Mi propia película', donde había el tema 'Mi reportera', donde recogía la historia de amor de los entonces príncipes de Asturias. Begines recuerda que envío una copia del disco a Casa Real y que recibió una carta de agradecimiento. Ahora, diecinueve años después, él y Felipe hablaron cara a cara: "tuvo la oportunidad de comentárselo al Rey en Cádiz, y este lo recordaba con afecto. 'Es increíble la buena memoria de nuestro monarca, y su gran afición a la música, pasamos un rato muy agradable hablando con él". ¿Qué dice la letra? Cosas como "Dame, amor, tus buenas noticias, vuelvo del trabajo a toda prisa, para ver tu noticiero pa' decirte que te quiero".
...Quién sabe, quizás Felipe y el cantante de No me pises que llevo chanclas también hablaron de aquello de: "Ay, qué pena me da que se m'ha muerto el canario"...