La relación de cuento de hadas entre Meghan Markle y el príncipe Harry está en ruinas. Fuentes cercanas al personal de servicio de la polémica pareja han confirmado que los duques de Sussex no duermen juntos en su mansión en Montecito. De acuerdo con los medios estadounidenses, Meghan y Harry están llevando vidas separadas en EE.UU., dejando entrever que aquel fuerte vínculo que los unía se ha desvanecido por completo. De hecho, pfarece que solo muestran una buena cara en público, pero detrás de puertas cerradas, la relación entre ellos es casi inexistente. Incluso el experto en realeza, Tom Bower, ha arrojado más leña al fuego al afirmar que Meghan y Harry ya han tomado la decisión de divorciarse.
La falta de intimidad en el matrimonio de Meghan y Harry
Pero eso no es todo. Las últimas informaciones revelan que los duques de Sussex han dejado de tener una vida íntima desde hace meses. El Telegraph informa que la relación se está deteriorando rápidamente, lo que ha llevado a un distanciamiento sin retorno. Y es que resulta que el hijo pequeño de Carlos III ha encontrado refugio en un hotel lujoso en Montecito, California. Pero no se trata de un hotel cualquiera. Para poder hospedarse en él, el príncipe debe pagar una extravagante cuota de socio de 4.000 dólares. Parece que Harry está dispuesto a gastar una fortuna para alejarse de los conflictos con su esposa.
Una fortuna en juego
Este hotel ha sido cuidadosamente elegido por el príncipe por su discreción. La privacidad de los huéspedes es tan importante que incluso se tapan las cámaras de los teléfonos móviles para respetar su intimidad. Pero la evidencia del deterioro de su relación no termina ahí. Hace solo unos días, las cámaras captaron al príncipe Harry saliendo de una reunión con un abogado experto en divorcios. Durante dos horas, el duque de Sussex estuvo reunido con el abogado matrimonialista. ¿Estará planeando un divorcio de alto perfil? Todo parece indicar que sí, dado que se ha rumoreado que Meghan está exigiendo un acuerdo económico de $80 millones y la custodia total de sus hijos, Archie y Lilibet. ¡Quiere quedarse con todo! Además, también quiere aferrarse al título de duquesa de Sussex para utilizarlo como moneda de cambio para concederle el divorcio a Harry.
El futuro no se ve nada prometedor para esta pareja real. Si Harry se niega a ceder a las demandas de Meghan, la batalla legal será inevitable. El príncipe no está dispuesto a perder la fortuna que ha construido en los últimos años. Sin recibir dinero público desde su renuncia a los deberes reales, su situación financiera se vería comprometida, lo que lo llevaría a depender económicamente de la Corona británica para poder costear su estilo de vida, pero adaptándose a las nuevas condiciones impuestas por su padre, el rey Carlos III. Así que la crisis en el matrimonio de Meghan Markle y el príncipe Harry está en su punto máximo. ¿Podrán salvar su relación o están destinados a un divorcio escandaloso? Solo el tiempo lo dirá.