Corinna declaró hace pocos días como testigo en una de las diversas causas abiertas contra el comisario Villarejo. Su aparición por videoconferencia vestida de negro, gafas y poco maquillaje defraudó a la opinión pública, que esperaba entrada triunfal como Joan Collins en el culebrón Dinastía: con pamela y pisando fuerte. Pilar Eyre aprovecha para revelar la auténtica Corinna en Lecturas: "De negro, sin joyas, melena recortada, con rostro rejuvenecido, pero triste. Como triste está Juan Carlos Abu Dabi".
Escribe Eyre: "Es de muy buena familia, estudió Ciencias Políticas en una exclusiva universidad suiza. Se casó dos veces: con el financiero millonario Philip Adkins, con el que tuvo una hija, y con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein, con el que tuvo a Alexander. Con ambos mantiene excelente relación". Treballava a una armeria i feia safaris, on va conèixer Joan Carles "No era sumisa ni frívola ni cortesana, y esto le gustó a Juan Carlos". Trabajaba en una armería y hacía safaris, donde conoció a Juan Carlos "No era sumisa ni frívola ni cortesana, y esto le gustó al rey". Se ha escrito mucho sobre el divorcio real para casarse con Corinna y acoger a sus dos hijos:
Juan Carlos quería un matrimonio morganático, medieval, entre dos personas de rango desigual donde los hijos de ella no heredaran, entre noble y plebeya. Pero los hijos Borbón se opusieron: "Cuando se lo propuso a Rajoy, este lo disuadió. Incluso llegó a hablar con sus hijos, quienes se indignaron". Lo más excéntrico que explica Eyre es que Juan Carlos era íntimo de ambos exmaridos de Corinna: "Se hizo íntimo amigo del primer marido de Corinna, que se convirtió en su paño de lágrimas cuando la alemana se iba a Londres y lo dejaba solo. Viajaban los cuatro juntos formando una extraña familia porque a veces se unía a ellos el segundo marido, Casimir, con su novia. Nadie sabía cómo explicar estos desplazamientos, pero entonces la prensa callaba".
Corinna es la mujer que ha sido capaz de reunir en un mismo viaje a los dos maridos y al amante. Los tres hombres bobos y multimillonarios. Como en la canción "Felices los cuatro". Delirante e inquietante.