La ópera no acaba hasta que canta la gorda. Este es un coloquialismo inglés (It ain't over till the fat lady sings) que quiere decir que algo no acaba hasta que una persona importante dice la suya. En el caso del fin de semana borbónico, con boda y funeral, no se acaban hasta que Pilar Eyre habla. Por eso este miércoles en lugar de un blog en Lecturas tiene dos, uno para la boda de Almeida, en la que el alcalde quedó (más) empequeñecido por la presencia de seis Borbones (los cinco de la foto de esta noticia más la reina Sofía) y el funeral del primo de Felipe, Fernando Gómez Acebo, donde desapareció Juan Urdangarin pero aparecieron Felipe y Letizia. Eyre analiza cada gesto importante, y son muchos. Empieza por "Mi gran boda facha".

Los cinco Borbones de la boda de Almeida, triunfantes, GTRES

Eyre llama a los cinco de la foto: "el ala díscola de Zarzuela", son los expulsados, los que Letizia no quiere y Felipe sabe que son tóxicos, por ladrones, corruptos, adúlteros, antipáticos y consumidores de sustancias a las 11 de la mañana. La gran corrupción Eyre no la recuerda ahora: que Juan Carlos ha acumulado una fortuna ilegal escondida en paraísos fiscales y los de la foto se la repartirán cuando el emérito muera. Un auténtico escándalo de corrupción de los 5 de la foto. Por eso Juan vive en Londres, Froilán en los Emiratos y Cristina en Ginebra. En otro ambiente los recibirían con tomates pero en la boda del PP y en Madrid, los han recibido con reverencias a la altura de la bragueta: "Se las vio felices aceptando con perfecta naturalidad la reverencia hasta el suelo que le dedicaban ancianas que podrían ser sus abuelas". Eyre hace como en un partido de fútbol, un 1X1 indispensable:

Juan Carlos acepta reverencias y contorsionismos, GTRES

Eyre, finísima, las suelta como quien no quiere la cosa: Cristina "era, según opinión unánime, la más elegante, mejor peinada y sonriente de la boda"Elena "investigada por anticorrupción por el uso ilegal de tarjetas black para comprar un caballo para su hija, no ha sido imputada nunca, pero también fue apartada de Zarzuela a la par que su hermana", Froilán "su presencia poco antes de su exilio en Abu Dabi en una pelea a navajazos lo obligará a acudir como testigo al juicio correspondiente. Mal afeitado, con ojeras, dicharachero y amigo de la fiesta, en la boda se sentía en su salsa". Victoria Federica "una contradicción ambulante: es influencer, pero ahuyentaa los medios de comunicación (y a los presuntos influenciados) con su frialdad y antipatía". Juan Urdangarín "un chico del que apenas sabemos nada, aparte de que es el que más ha sufrido con las dificultades por las que ha pasado la familia. A pesar de que ya lo hemos visto acompañando a su madre en algún evento, se le nota fuera de lugar e incómodo. No intercambió palabra con nadie, ni siquiera con sus primos". Y el Gordo: Juan Carlos.

Juan Carlos entre Cristina y Elena a la boda de Almeida, GTRES

Es él quien ha obligado a su familia, a la que mantiene como una corte de multimillonarios, como los de Mónaco, a dar el paso y presentarse a la gran boda del PP, el único partido que los apoya. Ni Vox soporta en la Corona por supuesta connivencia con Pedro Sánchez. Juan Carlos ha entendido, con su olfato habitual, que los Borbones tienen que acercarse a la Derecha política, mediática y judicial para seguir al frente de la Corona. Y tocó a somatén: todos a la boda, que es de Feijóo y que es en Madrid. Juan Carlos "cuando se dirigía al lugar principal de laboda, en el primer banco de la iglesia, las mujeres casi se arrodillaban a su paso y los hombres bajaban la cabeza como si estuvieran en la corte de Versalles. Cuando sonó el himno nacional, todas las miradas se volvieron hacia él, que bajó modestamente los ojos mientras se llevaba la mano al pecho". Y un detalle final: Sofía.

Sofía cabe al convite sin pasar por la iglesia, GTRES

Un secreto no revelado hasta ahora, la ausencia de Sofía en la foto fue una petición expresa de Felipe. Por esta razón la madre del rey fue directa al convite sin pasar por la iglesia: "Sofía no fue a la iglesia porque su hijo se lo pidió, pero si acudió al banquete. Aunque no simpatiza con la sociedad madrileña, que siempre se ha puesto al lado de Juan Carlos en las desavenencias conyugales, no quiso que la gente creyera que ella no ama a sus hijas tanto como su marido".Y unas horas después, el funeral. Pero esta es otra historia que leeréis clicando aquí (en unos minutos).