Juan Carlos ha empezado 2023 en modo Willy Fog. Va de aquí para allá con su maleta, sus vuelos privados y su séquito de escoltas y ayudantes. Atenas ha sido el primer destino, asistiendo al funeral de su cuñado Constantino. Toda la familia, con el yayo. Los incondicionales e incluso Felipe, quien a pesar de querer evitar una foto conjunta fue cazado en el cementerio besándolo y propiciando una estampa con lecturas diversas. Pocos días después de volver a Abu Dabi, donde ya cuenta con la compañía de su nieto favorito, el conflictivo Froilán, ha anunciado la próxima excursión: París. Oh la la, la bella ciudad de la luz, el Sena, el Moulin Rouge... No piensen mal. El motivo del viaje no es de recreo, va como invitado al acto solemne de un buen amigo: Mario Vargas Llosa.
El Nobel peruano y ex de Isabel Preysler ingresará en la Academia Francesa el próximo 9 de febrero. Una de las prerrogativas del galardonado es que tiene a su disposición una serie de invitaciones a la ceremonia que puede hacer llegar a amigos, familiares o a quien le salga del moño. Y Mario, teniendo en cuenta como ha acabado con la socialité filipina y su hija Tamara Falcó, ha puesto otros dos nombres en su lista VIP: Juan Carlos de Borbón y su hija Cristina. Ambos han confirmado que estarán al evento, si es que no se supera el aforo máximo de la sala, 300 personas. ¿Se imaginan que eso pasa y el tándem royal español se queda a las puertas, como si aquello fuera un after con un portero (republicano) de 2x2? No pasará, pero puestos a fantasear...
Mario Vargas Llosa y Juan Carlos, una relación basada en mensajes, títulos y genuflexiones
Vargas Llosa ha hablado con el diario El País, dice que todo es muy sencillo: que se considera amigo del rey huido y lo invita por eso. Recuerda con afecto el día que el Borbón lo llamó en 1993, justo después de obtener la nacionalidad españolísima, perdón, española. O al recibir el Nobel de Literatura, una conversación con premio: "¡Tengo que darte algún título!", y le cayó el Marquesado de Vargas Llosa. Cosas de colegas. "Siempre ha sido muy afectuoso, en recepciones, en actos oficiales. Así que como está de capa caída, la invitación le iba bien". Sin embargo, marca distancias: "No tengo relación con el rey, ni hablo con él, ni nos vemos. Los reyes no tienen amigos, tienen súbditos". Llosa parece cómodo poniéndose de rodillas ante los poderosos.
Los geniales tuits de Pilar Eyre sobre este encuentro parisino
El show no ha pasado desapercibido para Pilar Eyre. La cronista real y escritora no tendría entre sus personas más estimadas ni a uno, ni al otro. A Llosa, por exhibicionista. A Juan Carlos... entre otras muchas cosas, también. Atención a la serie de tuits de la catalana, los hunde en un duelo de mensajes. "Qué sentido del espectáculo tiene Vargas Llosa, ¿quién se lo habrá enseñado?" haciendo alusión a la Preysler. "Para que luego diga que no le gusta llamar la atención", un dardo que podría servir para los dos, aunque con su permiso lo subimos al marcador del emérito. El empate no se deshace con el siguiente: "A Vargas Llosa le interesa porque así saldrá en todas partes (y podrá decirle en su ex "¿ves? Yo también intereso") y JC va para limpiar su imagen". El peruano vuelve a adelantarse con un diálogo imaginario: "Hijo, tengo miedo de que no venga nadie, los del corazón porque no está Isabel y los otros tampoco porque no me toman en serio". "Pues invita a... a…" ¡"Ya sé! ¡A Juan Carlos! Y daremos la exclusiva en un diario serio". "Será la bomba, papá". "Que rabien en Puerta de Hierro". Últimos compases del partido, minuto 97... y gol de Vargas Llosa: "Quizás irán también los del Río y Finito de Córdoba". Eyre, genial. Y desgarradora.
París bien vale una misa... o un sarao.