Pilar Eyre ha convertido su columna semanal de Lecturas en una de las más leídas e influyentes del país. Si se habla de las periodistas catalanas más seguidas, Eyre se sitúa en la cima. En el ámbito literario su libro más vendido sigue siendo La soledad de la reina. Solo en el año que se publicó, 2012, la biografía no autorizada de la reina Sofía vendió 250 mil ejemplares, una brutalidad. Y se ha seguido vendiendo y reeditando porque aparte de quién lo escribe y lo que escribe (Sofía sufriendo las infidelidades de Juan Carlos) lo realmente destacado es cuándo lo escribe: año 2012 siendo Juan Carlos intocable, la Corona española no permitía críticas y tampoco las había. Toda la prensa cortesana riéndole las gracias al monarca que ahora se ha demostrado lo que era: comisionista, evasor fiscal, mentiroso, interesado, adúltero. Un delincuente económico que se creía impune. Sofía ha conseguido superar el mal trago de seguir casada con un ejemplar así y la gran mayoría de la sociedad española no la culpa. Su silencio favorece verla como una víctima. Pilar Eyre sigue siendo la voz más autorizada para hablar de la emérita y le ha dedicado su artículo a la soledad de la reina. La nueva soledad.
Pilar Eyre ha recogido el guante de la exclusiva que publicó EN Blau el jueves pasado, cuándo este digital fotografió a la reina Sofía comiendo sola en un conocido restaurando del centro de Barcelona, curiosamente llamado El Nacional. Las fotos fueron muy comentadas porque aunque Sofía visitaba Barcelona no lo acompañaban en esta comida privada ni su hija Cristina, que ha vuelto a vivir en la ciudad en un piso de lujo de la Avenida Pedralbes, ni de su nieto Pablo Urdangarin que vive en el mismo barrio de la zona alta y trabaja en Granollers. Una anciana de 86 años comiendo una ensalada sola. La soledad de Sofía vista por Pilar Eyre: "Sofía estuvo el jueves en Barcelona. A pesar de tener nietos, y quizás su hija Cristina, en Barcelona, ninguno de ellos acudió al acto y tampoco la acompañaron a comer. Según El Nacional pidió una ensalada acompañada de vino blanco, coulant de chocolate y fresas y un café. Pagó uno de sus escoltas con tarjeta de crédito. Pero lo peor había ocurrido el martes anterior, cuando la nombraron doctora honoris causa por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Se le pidió que, como suelen hacer los investidos, fuera con su familia, ya que es un acto de gran relevancia. Pero la reina emérita no consiguió que la acompañara nadie y fue totalmente sola, ante el asombro de los asistentes". Esta cara le quedó a la doctora Sofía:
Eyre remata la situación de la reina emérita, que no habla castellano y que es el miembro menos seguido de la Familia Real:"Sofía dio las gracias con una frase, que tuvo que leer, “muy honrada por la distinción que me acaban de acordar… otorgar”, y el acto pasó, como todos en los que interviene la reina emérita, sin pena ni gloria. Lo mismo ocurrió hace un mes en la gala del Queen Sofía Spanish Institute. Se premiaba al director de orquestra Dudamel, el acto estuvo rodeado de un silencio casi absoluto, ya que coincidió con la tragedia de Valencia y todos los ojos estaban puestos en las víctimas. Los reyes visitaron Paiporta a la vez que Sofía cogía el vuelo a Nueva York. ¿Por qué a nadie se le ocurrió cancelar un evento festivo cuando la tragedia más horrorosa sacudía nuestro país? Sofía, una persona sensible, se debió sentir muy incómoda al tener que ponerse de gran gala y sonreír para los fotógrafos mientras el pueblo del que es reina todavía lloraba a 221 muertos". Eyre salva a la reina y culpa a Zarzuela, que no saben ni llevar una agenda. O peor, no saben llevar la de Sofía, porque si a Letizia le cuelan este gol de tener que un acto frívolo en pleno luto nacional, arde arzuela.
Eyre sentencia no ya la imagen de la reina Sofía, que todavía se salva, sino cómo la han abandonado a Palacio: "Nadie la aconseja, nadie cuida su imagen, está tan sola como Letizia". Este es el gran denominador común de los abandonados por Zarzuela: no tienen el apellido Borbón. Les molestan.