Ha pasado casi una década desde que la corona española estuvo a punto de desaparecer cuando a Iñaki Urdangarin le salpicó el caso Nóos, un juicio determinante para producirse un esperado cambio en la monarquía. Felipe VI obligó a su padre a abdicar para limpiar la dañada imagen y empezar un nuevo ciclo. Juan Carlos I era conocedor de todo el entramado Nóos donde estaba involucrado su entonces yerno y su socio Diego Torres, pero él gozaba de la inviolabilidad de cualquier rey, no podía ser juzgado. El emérito salvó a la infanta Cristina de la cárcel, pero no hizo lo mismo con su gran amigo Iñaki. El marido de su hija pagó las consecuencias con tal de demostrar que la justicia era igual para todos. La ciudadanía estaba muy crispada y había que callarla con algo. El exjugador de balonmano se sintió como un peón, es este el motivo principal por el que ahora quiere vengarse de Casa Real. Sin embargo, a quien más daño hace es a quien menos culpa tiene.
La infanta Cristina es la principal perjudicada del divorcio. La quiere humillar arruinándola después de haberla arruinado con una infidelidad. La hermana de Felipe conoció el engaño de su marido a la vez que todos los españoles por una portada de revista de prensa rosa. Aparecía el exduque dando un paseo por la playa de Biarritz en compañía de otra mujer. Cristina solo apostó por su relación en todo momento. Cuando el exduque ingresaba en prisión, Casa Real le pidió que eligiese entre ellos o él, y apostó por la familia renunciando a todos los privilegios de la corona, un gesto que el padre de sus hijos no ha valorado.
La reina Sofía solo defendió la estabilidad de la pareja, pero apoyaba plenamente a su hija
Siempre se ha dicho que Juan Carlos I intentó romper la relación, sin embargo, quien estaba detrás de todo el entramado era la reina Sofía. Parecía que quería mucho a su yerno, pero realmente no se fiaba de él. A la emérita la han engañado en muchas ocasiones y ya no se fía.
"No querían la boda desde antes de casarse, querían que se rompiera la relación cuando ya estaba la boda anunciada. Le insistían en que rompiera la relación porque les llega información del tío este y no les gustaba", comentó Kiko Matamoros en ‘Sálvame’. Cuando todo saltó por los aires, la emérita defendió a la pareja y no a Iñaki Urdangarin. “Hay una cosa de todo este lío que me jode un poquito y es que dicen que la Reina le apoyó en todo momento. Ella apoyó a su hija, no apoyó al matrimonio", ha insistido.
Además, Kiko Matamoros cree que se ordenó a todos los medios de comunicación que se blanquease la imagen de la infanta como una mujer engañada. "Y ahora existe una especie de operación de blanqueo de la infanta Cristina que es maravillosa". Matamoros confiesa que la infanta también tuvo responsabilidad en los sucedido: "Esta señora ha sido cómplice de este señor, ha estado sentada en el mismo banquillo que este señor, condenada con una multa irrisoria que luego se redujo a la mitad, pero si hubiera sido Mayte Zaldívar se tira dos años y medio en la cárcel".