Hace mucho tiempo que no os hablamos de la monarquía sueca, una de las más modernas de Europa. Compuesta por el Rey Carlos Gustavo y la Reina Silvia, ellos dos tienen como hijos a la princesa Magdalena, al príncipe Carlos Felipe y a la princesa Victoria, la heredera del trono. Ella, junto al príncipe Daniel, tiene dos hijos monísimos y súper royals. El varón es Óscar y tiene seis añitos, mientras que la chica es Estela de Suecia. Tiene apenas 10 años (cumplirá 11 en febrero) y está llamada a ser una de las mejores reinas de Europa en un futuro no tan lejano. La monarquía sueca enamora, y más tras su último percance.
Y es que cada Navidad, como manda la tradición en la Casa Real de los Bernadotte, la princesa Victoria visita a un sector de los que tiene que seguir trabajando durante toda la cena de Nochebuena. A veces son los médicos, otras veces los limpiadores de calles, otros la policía y otros, como ha pasado este año, los transportistas. Victoria de Suecia ha pasado revista, junto a sus hijos y su marido Daniel, a los medios de transporte. De la mano de un operario de tranvía, Victoria, Estela, Óscar y Daniel han visitado en esta última tarde de Nochebuena las instalaciones del servicio de transporte público. Se lo han pasado en grande... pero con susto incluido.
Tal ha sido el susto que la cara de la heredera al trono pone los pelos de punta. En una de las instantáneas en las que se aprecia a los cuatro miembros de la Familia Real al mando del tranvía, se ve a Victoria con una cara de sorpresa que acongoja. No se sabe aún a qué se debe esta cara, pero la instantánea habla por sí sola. ¿Estaría su pequeño Óscar a punto de cometer una ilegalidad al volante? ¿Estaría su hijita Estela diciendo alguna barbaridad por megafonía, ya que la probaba cada dos por tres? Lo único que sabemos del cierto es que lo pasaron a las mil maravillas. Todo quedaría en una anécdota que seguro que sería comentada en la cena de Nochebuena, donde en Suecia suelen comer angulas, arenques en salazón y pescado enlatado. De rechupete.
Unas navidades en la Ópera
¿Qué mejor regalo hay que repartir cultura? Este es siempre la máxima de los papás de Óscar y Estela, y la seguirán aplicando con el paso del tiempo. Estocolmo, capital de Suecia, ofrece innumerables sitios históricos que visitar -la Biblioteca Nacional, el Gamla Stan, el Parlamento de Suecia, la catedral de San Nicolás...-, pero una cita imperdible es la que uno tiene que tener con la Ópera. Casi tan conocida como la de Viena o la de Budapest, en la Ópera sueca se divirtieron de lo lindo los bomboncitos de la Casa Real, los cuales se probaron distintos atuendos e incluso recibieron una clase de ballet de la bailarina Luiza. Quedaron impactados, al igual que sus papis.